Fuera de control

Imposible acostumbrarse a ver Riazor sin público. El Dépor afrontaba este sábado un partido frente a un rival que pelea por el ascenso y el equipo de Vázquez remó en la segunda mitad para salir del descenso pero sin el aliento de este público infatigable. Esa grada que tan pocos asientos suele dejar vacíos y que tan necesaria resulta para empujar a los coruñeses.

Seis goles se perdió este sábado la afición blanquiazul y un nuevo empate (3-3) de su equipo que no fue quien de ganar por tercera jornada consecutiva. Partido sin control. De nada sirvió la pasión de Mollejo para rectificar su error. Los fallos de la primera parte pesaron demasiado para un Dépor que camina a paso de tortuga en la recta final de la competición.

Primera parte marcada por los errores

Si hubiese público no le daría ni tiempo a sentarse. Y es que antes de cumplirse el primer minuto el Rayo sorprendió a la zaga herculina y Juan Villar envió el balón al fondo de la red defendida por Dani Giménez. De la peor manera posible arrancó el encuentro para el Dépor, con un gol en contra cuando apenas se habían asentado. La siesta tenía que haber finalizado antes pero el equipo de Vázquez empezó dormido. Ni Keko Gontán ni Eneko Bóveda que eran novedades en el once lograron frenar la primera llegada del Rayo ni tampoco Peru Nolaskoain ni Dani Giménez impidieron el remate del delantero rayista.

A punto de cumplirse el cuarto de hora de partido, Dani Giménez tuvo que salvar un disparo de Trejo que se había marchado de Peru y Mujaid y se plantó solo delante del portero del Dépor. Sin embargo, no puedo hacer nada el guardameta vigués cuando Mollejo lo vendió con una cesión que interceptó Juan Villar y marcó el segundo para el equipo visitante.

Sin grandes alardes y sin despeinarse el equipo de Jémez hacía sufrir al de Vázquez y a Mollejo le pesaba mentalmente el fallo cometido. Esta vez no hubo chilena de Sabin Merino para recortar distancias como en Oviedo antes del descanso y el Dépor llegó al final de la primera parte perdiendo por 0-2.

Segunda parte para rectificar

En el segundo tiempo Vázquez movió piezas. Si de inicio había apostado por seis novedades en el once inicial para arrancar la segunda mitad el míster de Castrofeito introdujo a Çolak, Christian Santos y Hugo Vallejo. Se quedaron en el banquillo Salva Ruiz, Bergantiños y Keko Gontán. Mollejo seguía en el campo y pasó a ocupar la posición de carrilero. Y mereció la pena que se quedase.

Funcionaron los cambios. A los cinco minutos del reinicio Christian Santos remató a la perfección de cabeza y recortó distancias. Acto seguido, Mollejo rectificó su error de la primera mitad anotando el gol del empate para el Dépor. Explotó el toledano al que le había afectado su fallida cesión y necesitaba acabar mejor. Mollejo es de los que siente el fútbol con pasión. No se queda tranquilo ante la adversidad e, incluso, pidió perdón a una afición que lo seguía por televisión.

Reaparición de Borja Valle

Y tras una semana siendo protagonista por las declaraciones de su representante Borja Valle reapareció. Vázquez introdujo al berciano en sustitución de Mamadou Koné. Desde principios de enero no tenía oportunidades y en esta ocasión disponía de más de veinte minutos. Pudo marcar el 3-2 en el minuto 80. Su disparó acabó en córner y de ahí llegó una jugada polémica. Mano dentro del área del Rayo, jugada revisada y penalti a favor del Dépor. Aketxe falla pero el colegiado Vicandi Garrido manda repetir por haberse adelantado Dimitrievski. A la segunda el vasco no perdona y le da la vuelta al marcador.

Pero poco dura la alegría en casa del pobre. Mujaid derriba a Qasmi dentro del área y penalti en contra del Dépor que Mario Suarez aprovecha para poner el empate a tres tantos. Nueva semana sin ganar para el equipo de Vázquez que acaba el partido fuera de los puestos de descenso pero porque todavía no jugaron sus rivales directos.