Se las prometía muy felices la afición del Deportivo con el fichaje de Rubén de la Barrera. Un técnico coruñés, joven pero con suficiente bagaje en Segunda división B, y al que le llegaba la oportunidad de entrenar en el equipo de su casa.
Además, parecía ser la solución a todos los males que tenía el Dépor de Fernando Vázquez, ya que prometía un juego de posesión y que su equipo iba a ser protagonista en los partidos, algo que por plantilla y entidad se le exigía al equipo blanquiazul en esta categoría.
Pero, como reza el dicho, nadie es profeta en su tierra. Y por el momento, De la Barrera tampoco parece que vaya a serlo, ya que los resultados no le están acompañando: dos empates y una derrota, dos de nueve puntos posibles. Los mismos números que consiguió en su primera temporada en Segunda división B, la 2013/2014. Aunque el técnico coruñés supo revertir este mal arranque.
Aquella temporada, al mando del CD Guijuelo, perdió ante el Zamora CF en la primera jornada para empatar posteriormente ante la Cultural Leonesa y el Real Racing Club de Santander. La primera victoria no llegó hasta la jornada 6, ante el filial del Celta de Vigo, y posteriormente, empezó a enlazar resultados positivos.
No obstante, el equipo salmantino estuvo prácticamente toda una vuelta, 17 partidos, sin perder. Y después de aquella victoria ante el Celta B, consiguió enlazar dos rachas de cinco y tres victorias consecutivas respectivamente, hasta caer derrotado en la jornada 18 en casa del Avilés.
Pese a que la segunda vuelta no fue tan positiva, el CD Guijuelo supo aguantar el tipo y a final de temporada acabó disputando los play off de ascenso, en los que cayó derrotado ante el CD Leganés.
Toda una hazaña para un equipo humilde, que hace las cosas muy bien con un presupuesto limitado, y que le sirvió a De la Barrera para dar el salto al filial del Real Valladolid, aunque acabaría volviendo a Guijuelo la temporada siguiente.