Un triunfo sin brillo para seguir vivos
Ya sin pensar en Segunda división pero sí en conseguir plaza en Primera Federación aterrizaba este domingo el Dépor en el estadio de Riazor. Enfrente, un Marino de Luanco que partía como colista de este nuevo grupo en el que los coruñeses arrancaban como líderes. Y de líderes continúan después de una victoria por la mínima (1-0). Un gol de penalti anotado por Miku otorgó la victoria a los herculinos que realizaron un partido sin brillo pero siguen vivos para conseguir su nuevo objetivo.
El Dépor arrancó con la intención de tener posesiones largas ante un Marino que esperaba. El primer acercamiento peligroso de los coruñeses llegó a los trece minutos. Raí puso un buen balón a Miku que se encontraba dentro del área pero se durmió el venezolano y se la robó la defensa del Marino de Luanco. El Deportivo cometía imprecisiones. De la Barrera se enfadaba en el banquillo y hasta Bergantiños se despistaba. El capitán regaló un balón al rival dentro del área, algo inusual en el de la Sagrada.
Muy tímidamente el Dépor lo intentaba. Una buena llegada de Bóveda propició un gran centro del lateral vasco sobre Raí, que disparó pero el lanzamiento fue desviado por la defensa del Marino. Los asturianos llegaban como colistas pero también querían dejar su sello. Así, en un contragolpe del equipo de Manel tuvo que intervenir providencial Salva Ruiz un lanzamiento que iba directo a la portería de un Lucho García que no podía ver muy bien por el sol que le daba de frente en esa zona del estadio. El propio Lucho tuvo problemas a continuación tras confiarse y no atrapar un balón que despejó con el pecho.
El Marino intentaba incomodar. Los asturianos gozaron de una gran ocasión a balón parado con una falta en la frontal del área a diez minutos del final pero, afortunadamente, para el Dépor el lanzamiento fue muy malo. El balón se marchó a las nubes de Riazor y muy desviado de la portería local. Acto seguido, el Deportivo desaprovechó un saque de córner e, incluso, Villares y Salva Ruiz reclamaron sendos penaltis por dos caídas dentro del área. Pero lo que no llegaban eran los goles. Al menos, para el Dépor porque el Marino pudo mojar tras un error de Lucho que salió a por uvas. Despejó Mujaid que a punto estuvo de marcar en propia meta. Y con el Marino asustando se llegó al final de una aburrida primera mitad en la que los blanquiazules no sacaron a relucir su mejor cara.
La segunda parte empezó con una ocasión del Marino. Seguía más enchufado que el Dépor. De la Barrera metía a los laterales por dentro y la cosa no funcionaba. Y uno de esos laterales al que le estaba tocando recibir de espaldas en el medio del campo por estas nuevas instrucciones como Eneko Bóveda tuvo que pasar a jugar de central tras los problemas de Borja Granero. El defensa valenciano tuvo que ser sustituído. En su lugar entró Jorge Valín que fue el que pasó al lateral derecho. El Deportivo seguía sin entrar en el partido y el que tocaba era el Marino. Qué partido.
Menos mal que a media hora para el final el colegiado Manuel Pozueta vio claro un penalti sobre Lara que presentaba dudas. Lanzó Miku y marcó. Era la primera llegada de los herculinos en la segunda mitad y la suerte le sonrió. El equipo de Rubén de la Barrera ganó gracias a ese solitario tanto del venezolano y continúa de líder del grupo 1-D para visitar el próximo domingo al Langreo.