Este sábado se cumplen 20 años de los atentados del 11-S ocurridos en Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos y en los que perdieron la vida 2.753 personas. Más de 1.100 víctimas o un 40 % de los fallecidos aun no han sido identificados formalmente. Un acontecimiento que cambió la historia mundial, y que también tuvo también su repercusión en la historia del Deportivo de La Coruña, quien, por aquel entonces, además de pugnar por el título de LaLiga Santander disputaba la UEFA Champions League.
La expedición del Dépor tuvo que vivir desde la distancia los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York que tuvieron lugar el 11 de septiembre del año 2001. Los herculinos se encontraban en Lille, donde el equipo entrenado por aquel entonces por Javier Irureta jugaría al día siguiente la primera jornada de la fase de grupos de la máxima competición continental. Un partido que, evidentemente, quedaría aplazado.
No fueron suspendidos los encuentros que se disputaban el mismo 11-S, correspondientes a los grupos que iban del A al D. El Dépor estaba encuadrado en el G, y tras las críticas de las principales ligas europeas por la no suspensión de los partidos de aquel martes, la UEFA decidió a primera hora de la mañana del día 12 aplazar el resto de la jornada, así como la primera ronda de la Copa de la UEFA que se disputaría un día después.
El por aquel entonces consejero del club coruñés, Javier Chaver, señaló que la decisión de la UEFA era comprensible y que en Riazor la acataban sin problemas. En la misma línea se expresó Javier Irureta, que aseguró que "la verdad es que estábamos más pendientes de las noticias que del partido" ante el Lille. También se manifestó el entonces capitán blanquiazul, Mauro Silva, que apostilló que "muchos hemos dormido muy poco porque nos pasamos casi toda la noche frente al televisor".
Así las cosas, el partido, correspondiente a la primera ronda de la Liga de Campeones, que se tenía que disputar en el Stade Grimonprez-Jooris, antigua casa del Lille, se suspendió como consecuencia de la crisis internacional que se había generado. El Dépor regresó a casa y debió volver unas semanas después al norte de Francia para jugar aquel encuentro que finalmente se disputaría el 10 de octubre del mismo 2001, y que se resolvió con empate a uno merced a los goles de Adekanmi Olufade para los locales y Juan Carlos Valerón para los gallegos.