¿Qué os pasa?

Cuesta describir lo sucedido este sábado en el Nuevo Vivero. Y es que en Badajoz, el Deportivo sufrió la derrota más dolorosa de la temporada. Impotencia y rabia tras ver como el equipo de Borja Jiménez se vio por detrás en el marcador nada más arrancar el encuentro y no fue capaz de crear, generar y de marcar. Lo curioso es que el Dépor tiene una gran plantilla pero se desinfla. Se escapa el ascenso directo tras caer por 3-0. Inexplicable. ¿Qué le ha pasado a un equipo imparable en la primera vuelta?

Mazazo nada más empezar

El partido empezó de la peor manera posible para el Deportivo. Gorka Santamaría encontró hueco en la defensa blanquiazul cuando tan solo habían transcurrido seis minutos y batió a Mackay por alto para adelantar al Badajoz. Mazazo para un Dépor que tenía la posesión pero no claras ocasiones. La más clara llegó en el 19' con un disparo de Miku que se fue al palo.

No era fácil para los de Borja Jiménez crear peligro a un Badajoz que apenas dejaba espacios y que jugaba con el marcador a favor. El tiempo corría en contra para el Deportivo y los nervios hacían acto de presencia y, así, los que dejaban espacios para las contras rivales eran los blanquiazules. Mackay tuvo que salvar una peligrosísima acción en el 34'. Solo faltaban diez para el descanso y el Dépor no empataba. Se repetía la historia de otros partidos. Un Deportivo con la pelota pero muy mejorable en ataque. Faltaba generar, faltaba eficacia y faltaban goles. Y así, con derrota visitante y un Deportivo incapaz de empatar se llegó al final de la primera mitad.

Sin reacción

Visto lo visto, Borja Jiménez decidió cambiar piezas y esquema tras el descanso. Entraron Granero, Quiles y William de Camargo y se quedaron en la caseta Jaime, Miku y Calavera. Pero no tuvieron tiempo a colocarse en el terreno de juego cuando Santamaría, esta vez con el pie, volvió a batir a Mackay. No habían pasado ni dos minutos tras la reanudación. Otro mazazo. Ahora sí que se complicaba la cosa. Los coruñeses tenían que irse a por el partido sí o sí y el Badajoz aprovechaba para intentar meter el tercero y matar el partido. Lo curioso es que en el Dépor no tiró a puerta hasta el 66'. Fue un disparo desde fuera del área de Villares que se marchó escorado.

Pero la pesadilla no había acabado y un gran cabezazo de Lapeña acabó en el fondo de la red pero en la propia red del Dépor. El riojano marcó en propia meta y aumentó la ventaja local. Tercer mazazo. Dura derrota para un Deportivo que ocuparía puestos de descenso si la liga comenzase en la segunda vuelta. Algo tiene que cambiar.