Corría el minuto 71 y el Deportivo vencía 2-1 a la Balona. Tras una primera parte deficiente, el conjunto de Borja Jiménez se había recuperado en una segunda mitad a buen nivel. Entonces, y ya con Rubén Díez -clave por posicionamiento y técnica- en el campo, inició una jugada que se alargaría durante 80 segundos y 26 pases ininterrumpidos. Un rondo gigante a todo el campo en el que todos los jugadores del Dépor participaron y la Balompédica solo pudo perseguir sombras. Al final, fue el ex del Tenerife quien remató completamente solo ante el portero la acción, con la mala fortuna de que su testarazo dio en su propia mano y la jugada se quedó sin premio. Pero, eso sí, fue una acción que demuestra el talento que tienen los herculinos en la plantilla.
Hasta 26 pases se alargó una de las mejores jugadas realizadas en un campo de fútbol en España este fin de semana. Una acción que nació en la presión alta, un duelo aéreo ganado por Lapeña, y un robo que sumó Jaime Sánchez al recoger la segunda jugada. Ahí el equipo empezó a combinar. Bergantiños, Villares, Lapeña. Todos encimados por rivales, pero solventando la presión con precisión en el primer toque. Antoñito liberado, Quiles ante dos y Rubén Díez. Un Rubén diferencial en las largas posesiones desde que entró, abandonando el '9' desde el que partía para hacer de organizador adelantado en la mediapunta.
De Rubén para Villares, Bergantiños y a la izquierda. Al otro lado tras estar en la derecha. Los laterales estiraban por fuera y los extremos aparecían por dentro (con la salvedad que de Raúl Carnero, casi siempre, aparecía por dentro y era Narro el que se abría; en esta acción hubo tiempo para ambas secuencias, una cuestión de marcas, arrastres y espacios). Entonces la tuvo Carnero, Mario y de vuelta para el lateral zurdo. Con paciencia. Otra vez el '10', que volvió a reiniciar.
De nuevo Jaime Sánchez, otra vez la pelota entre centrales tras pasearse por los tres carriles con precisión y rapidez. Entonces la tocó Mackay, que era el que faltaba. Un pase atrás que no era baladí. Sirvió para atraer la presión -ya desesperada por robar- rival. Lapeña de nuevo; triangulación entre los dos medios y el joker. Otra vez el central diestro después de que Villares, con un giro rápido y un pase de zurda superase a otro rival que le encimaba.
Quiles, Lape, Diego y Álex en una rápida cadena para, tras no conseguir combinar con Antoñito, probar por izquierda. Y, ahí sí, apareció el espacio. El capitán se atrevió a batir una línea de presión para Víctor Narro, que pudo con espacio encarar. Uno para uno ante su lateral para sacar un centro medido a la cabeza de Rubén Díez. Esta vez, el ex del Tenerife, con poca fortuna, remató hacia abajo y le dio en el brazo.
Era un rondo infinito, una jugada perfecta que se quedó sin premio. Pero una acción que mostró el nivel de la plantilla y a lo que aspira el Deportivo. Dominio con balón, posesión con paciencia y, en el último tercio, desborde desde el talento individual de la plantilla. Diferencial en Primera División RFEF.
Posesiones más largas...pic.twitter.com/NABGl3DNsr
— Mauricio Escuredo (@mauriescuredo) September 5, 2022