El expresidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, reflexiona esta semana en un texto enviado a la prensa sobre el nuevo "Tercer tiempo" que se ha creado por los largos añadidos. El histórico exmandatario recuerda que siempre ha estado a favor de imitar el modelo del fútbol sala para evitar las continuas pérdidas de tiempo que se viven en el fútbol y pide partidos a 60 minutos con tiempo parado.
Es uno de los temas de discusión más candentes en los últimos años. Las pérdidas de tiempo lastran partidos en los que, tras 90 minutos, se han podido disputar en torno a 60 descontando interrupciones. Desde hace ya mucho tiempo hay una fuerte oposición contra el sistema actual y muchos partidarios para instaurar el tiempo parado de fútbol sala. Es decir, que el reloj solo corra cuando el balón está en juego y se detenga cuando este se detenga.
Sobre esto reflexionó Augusto César Lendoiro en uno de sus habituales textos semanales que envía a la prensa coruñesa. El exdirigente herculino se pregunta si si "la decisión del incremento de los minutos de un partido es el reconocimiento silencioso de que se estaba tolerando la pérdida deliberada de tiempo".
Asegura que nos han colado un "tercer tiempo" con descuentos que se pueden alargar hasta los 15 minutos. "Cada día serán más los encuentros que se prolonguen y aparecerán árbitros batirán el récord anterior de otro compañero", comenta sobre las largas prolongaciones.
El ex presidente enumera distintos motivos por los que sería positivo cambiar las reglas del juego. Primero, dice, por el árbitro: "Se trata de descargar al colegiado". También, afirma, por los aficionados: "no solo por el evidente fraude que sufren -pagan por un espectáculo de 90’ y solo se juegan 45’- sino porque con el juego real se evitarían las ruidosas protestas de los espectadores en desacuerdo con los minutos que se prolongan… o por el momento en que el árbitro pita el final del partido si existe jugada de gol".
Para Lendoiro es un problema a arreglar que se solucionaría con un "puñado de euros" y la colaboración del cuarto árbitro, "que pasaría a tener más responsabilidad que la de chivarse", concluye su alegato.