Tarde de transistores en Riazor. El Deportivo vuelve a casa tras una semana convulsa, marcada por la destitución de Óscar Cano y el retorno de Rubén de la Barrera, que llega con la misión de dar la vuelta a la actual situación en apenas dos jornadas. El ascenso directo aún es factible, pero casi todos se encomiendan ya a un play off para el que es necesario llegar con ventaja. Y eso pasa, al menos, por quedar segundo en la tabla y superar a un Algeciras que aún debe certificar la salvación.
El duelo de este sábado en Riazor tiene varias connotaciones, en el banquillo y sobre el césped. Rubén de la Barrera vuelve a estar en la caseta local y todo el deportivismo espera cambios. Al menos, en la actitud de un equipo que se ha caído en esta recta final. Ganar y esperar es lo único a lo que se agarra ya el cuadro herculino para seguir soñando con el ascenso directo en estos dos partidos que restan antes del play off.
Por su parte, el Algeciras aún debe certificar una salvación que para nada está sellada. Y eso complicará aún más las cosas ante un rival al que el empate le sabría a gloria. En resumidas cuentas, se avecina una tarde de transistores y cambios en un estadio que necesita noticias positivas.