Lucas Pérez encarna el mito del héroe en un retorno a casa que ahora se encamina a su final: un año después del llanto de una ciudad, del desconsuelo del chaval que solo quería jugar en casa, está de vuelta para encontrar la justicia que en su día se resistió. A cara descubierta y con todos los ojos puestos en él tras la lesión de su compañero de aventuras. No es estrella, solo Lucas el de Monelos, y a él se agarra toda una ciudad.
Así es Deportivo de Rubén de la Barrera que jugará el play off: un equipo que lucha contra el tiempo
Se han escrito tantas crónicas de aquel fatídico 11 de junio de 2022 como deportivistas había en Riazor. Cada uno tiene su historia, y Lucas Pérez, que estaba en la grada, guarda la suya propia. Todavía pertenecía al Cádiz, pero su regreso a casa ya empezaba a originarse. Sin embargo, aquella derrota que provocó el desconsuelo del '7' y un llanto interminable ahora obtiene una segunda oportunidad. Porque el fútbol siempre regala una reválida y en su caso se trata de cerrar el círculo.
Hace exactamente un año el Deportivo comenzaba una carrera por el ascenso que pondría en pie a toda una ciudad. Literalmente. Estaban todos los ingredientes para que saliese bien y la primera victoria ante el Linares fue un empujón hacia el triunfo. Pero el fútbol, que a veces es precioso y a veces es cruel, dejó un desenlace mucho más duro. Fraudulento, podríamos decir aquellos que vestíamos blanquiazul; Epopeya, cantaban los que añadían negro a su blanco.
Pero como dice Rubén de la Barrera, quien hubiese preferido no estar en aquella sala de prensa de Riazor, el fútbol va de levantarse una y otra vez y en esa está el Deportivo. Un equipo distinto, con una decena de jugadores que vivieron aquel play off y, esta vez, a Lucas en el campo. 'O neno' consiguió su objetivo: volvió a casa. Y ahora tiene la oportunidad de devolver al equipo de su corazón al lugar que le corresponde.
Un Lucas que, aunque él diga que no es estrella, sus números han dejado claro por qué es el talento diferencial que puede marcar un play off. Llegó como un regalo navideño y desde entonces ha sumado ocho goles y siete asistencias en apenas 19 partidos. Riazor, su templo en el que engrosa 14 de sus 15 participaciones y un dato que hace creer: siempre que marca en casa, el Dépor gana.
La historia de Lucas tiene todos los ingredientes para acabar bien. Pero el fútbol, caprichoso, a veces deja otros desenlaces. También nuevas revanchas. Pero Castellón, lo primero en el horizonte deportivista, será si todo va bien el penúltimo capítulo del primer libro que se deberá escribir sobre el '7' cuando -ojalá- se retire cumpliendo sus objetivos.
Sobre Lucas se pueden escribir y decir muchas cosas. La primera sería un 'gracias' por devolverle al aficionado la fe en el fútbol. Su fútbol. Por ser aquello que todos queremos que sea el deporte y tan alejado se ha quedado: amor por lo propio, pasión por unos colores, sufrimiento por una idea.
Y ahora el círculo se puede cerrar. Con Lucas sobre el campo, un año después tiene la oportunidad que aquel 11 de junio hubiese deseado. Saltar al campo y liderar a un equipo que se encomienda a su talento para marcar diferencia.