El exjugador del Deportivo, Luísinho, acaba de terminar su primera temporada como entrenador tras una larga carrera de futbolista en la que dejó 151 partidos como herculino. Ahora arranca su nueva vida en el modesto SC Vila Real, donde se retiró como futbolista. Tras una extensa carrera entre Portugal y España, recapitula en una entrevista con La Voz. Reconoce haber sido un jugador complicado por su carácter y agradece que su primera experiencia sea tranquila: "no querría entrenar a uno como yo".
Fuero tiempos convulsos en un Deportivo con enorme potencial pero en el que las aguas no estuvieron suficientemente calmadas para conseguir los objetivos que por talento podían ponerse. Años después, gran parte de la afición deportivista mira aquellas temporadas con cierto recelo y resignación por lo que pudo ser. El Dépor nunca pudo asentar un proyecto y, ahora, vive una época muy distinta.
Desde la distancia que ofrece el paso de los años habla ahora Luísinho, antiguo lateral izquierdo que se ganó el cariño del deportivismo por su entrega. Aunque también algunas críticas por su carácter. El portugués colgó las botas y agarró la pizarra en el SC Vila Real, donde disputó sus últimos partidos como futbolistas. Su primera experiencia le ha hecho darse cuenta de muchas cosas, entre ellas, que no le gustaría dirigir a un Luisínho.
"Como jugador era muy pesado, no querría entrenar a uno como yo, pero la experiencia como entrenador ha sido muy positiva, muy rica", explica sobre la posibilidad de continuar entrenando. Acaba de ascender con su equipo y, aunque su futuro está en el airea, está disfrutando de su nueva etapa.
Luísinho ha explicado que ahora ve todo de forma distinta. La experiencia y su nueva posición ayuda: "Ahora me doy cuenta de muchas cosas. Yo no era un jugador fácil. Muchas veces fui egoísta, no me ponía en la piel del entrenador. Y él tenía que pensar en 25. Ahora me toca a mí hacerlo y por suerte no he vivido ninguna situación desagradable. El grupo me lo ha puesto muy fácil", relata a La Voz de Galicia.
Recuerda su paso por el Deportivo con cariño y explica que fue afortunado: "tuve la suerte de que me ficharan en A Coruña, el lugar perfecto".
También habló en La Voz de su hijo, que pasó por las inferiores del Deportivo y ahora acaba de firmar un contrato de 2+2 en el SC Braga. Jugará dos de formación y se asegura otros dos cursos como profesional. Ya no es un pequeño lateral, como empezó de blanquiazul antes de dar el estirón. Ahora, juega cerca del delantero, "Es más fino; no tan intenso como su padre. Juega por detrás del delantero, de 10. Y tiene gol. Hizo 20 esta temporada y hasta estuvo en una concentración de la selección portuguesa de su categoría", explicó sobre su hijo.