Lotina, la caída del Dépor y los problemas de Lendoiro: "Empezó a ahogarse"
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Lotina estuvo cuatro años en el Dépor
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"Era lógico que el equipo no se mantuviese ahí. Luego lo que le ha pasado con la afición que tiene... Es raro"
El Deportivo volvió a perpetrar una triste actuación que no casa con la dimensión del club herculino. Desde la entidad blanquiazul respaldaron a Imanol Idiakez y lo reafirmaron como técnico de la primera plantilla. El equipo está lejos de su objetivo en la Primera Federación, una realidad deportiva de la que no consigue salir y que provoca que los buenos tiempos parezcan aún más lejanos.
Precisamente sobre el pasado del Dépor ha hablado Miguel Ángel Lotina. Entrenador en Riazor durante cuatro años, el preparador vasco ha recordado su etapa blanquiazul en una entrevista concedida a Relevo. En ella, como no podía ser de otro modo, valoró la figura de un Augusto César Lendoiro que sigue muy de cerca la actualidad del Deportivo.
El problema que explica la caída del Dépor
Lotina habló de los problemas económicos a los que tuvo que hacer frente el por aquel entonces presidente del Dépor: "Lendoiro se encontró que de repente un gran club, con un historial tremendo, se deshacía. ¿Qué pasó? Que los bancos ya no daban crédito. Vino la crisis y al revés, te exigían que pagases los intereses y luego Hacienda. De repente pegó un cambio y, como eran todo sociedades anónimas, la gente decía: 'Hacienda me está apretando a mí y a los clubes no les aprieta'".
El técnico profundizó sobre esta situación: "Lendoiro se encontró con ese problema y empezó a ahogarse y a no poder pagar. Y ese fue el problema del Dépor. No hay otro, todos los jugadores eran de los bancos y entonces se vendía todo lo que había. Era lógico que el equipo no se mantuviese ahí. Luego lo que le ha pasado con la afición que tiene... Es raro".
Por último, Lotina no dudó en mostrar el cariño que siente por Lendoiro al recordar su última conversación tras abandonar el Dépor: "A los 15 días fui a arreglar los papeles en A Coruña y fui a cenar con él. Después de cenar estábamos los tres, el dueño del restaurante, Lendorio y yo. Fuimos al coche para que me llevasen al hotel, ellos estaban adelante y yo en la parte de atrás. Al llegar dije: 'Bueno presi, ya nos veremos'. Y dice: 'Espera, espera'. Salió del coche, me dio un abrazo y se puso a llorar. El dueño del restaurante se quedó flipando. Imagínate, después de descender se puso a llorar. Esa es la persona que es Lendoiro. Un gran presidente que era muy bueno para los jugadores, para los entrenadores y para el Dépor".
