La última etapa del Deportivo de la Coruña en la máxima categoría del fútbol español dejó varias situaciones surrealistas que, irremediablemente, acabaron desembocando en el descenso a los infiernos de un club que veinte años antes había maravillado a Europa.
Una de ellas fue el nombramiento de Clarence Seedorf como entrenador para tratar de evitar un descenso que parecía irremediable. El histórico centrocampista neerlandés apenas ganó dos partidos de los dieciséis que dirigió en el cuadro herculino, pero caló hondo en los futbolistas a los que dirigió.
Y eso que no comenzó con el mejor pie, tal y como ha rememorado Raúl Albentosa en el podcast Offsiders. "Cuando llegó, solo conocía a tres personas: Andone, Lucas Pérez y Adrián. A los demás nos llamaba por el número. A mí eso me daba igual", asegura el central valenciano.
Y añade: "Era un ídolo que se había puesto a entrenarnos, estuviera lo preparado que estuviera. Su gestión del vestuario fue increíble, a los jugadores nos defendió en todo momento frente a la prensa. Su rol como líder era lo que necesitábamos en ese momento, como club y como grupo".
Albentosa recuerda también la intensidad a la que sometió Seedorf a los futbolistas en los entrenamientos. "Eran muy físicos, con dobles sesiones a tope y jugadores que acabaron vomitando. Igual estábamos media hora, pero íbamos al límite", asegura.
El central valenciano fue uno de los jugadores señalados por la afición en el año del descenso, lo que acabó haciéndole mella en el aspecto mental. "Es la única vez en mi vida que no quería ir a entrenar. La gente me abucheaba por la calle. Un día salí con Adrián López, con nuestras mujeres e hijos, y un día vino un tío de frente a insultarnos y a decirnos de todo", recuerda.
Aún así, guarda con cariño haber podido compartir equipo con Ryan Babel. "Yo le dije a Richard Barral que había jugado con él a la Play, en el Liverpool y en el Ajax. Venía de Emiratos y estaba un poco pasadete, pero cuando se puso en forma todos jugábamos al son de él".