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Rechazo internacional a la Superliga: el fin del sueño europeo del fútbol

Rechazo internacional a la Superliga: el fin del sueño europeo del fútbol

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La Superliga se ha encontrado con el rechazo de todos los ámbitos del fútbol mundial.
La Superliga se ha encontrado con el rechazo de todos los ámbitos del fútbol mundial.

El mundo del fútbol se vio revolucionado el pasado domingo con el anuncio por parte de doce de los clubes más importantes del balompié europeo de la creación de una nueva competición de clubes a nivel continental que tendría un efecto devastador sobre las ligas domésticas. Lo que era un secreto a voces se acabó confirmando para pesar de muchísimos de los aficionados al mundo del fútbol.

El proyecto, presentado abruptamente, tendría la gran mayoría de sus plazas ya definidas de antemano, sin atenerse a los méritos deportivos conseguidos en las competiciones nacionales, por lo que desaparecería el acceso a competiciones europeas. En concreto, a los doce clubes fundadores habría que añadir, tres equipos más que tendrían plaza fija y cinco invitados.

Vídeo elaborado por ElDesmarque.

Todo ello dificultaría, e incluso en muchos casos impediría, que algunos clubes que han tocado la gloria en el fútbol europeo volvieran a codearse con los más ricos pase lo que pase en la competición nacional. A la mente se nos vienen ejemplos de nuestro fútbol como los de Sevilla FC, Valencia CF, Athletic Club, Villarreal CF, Real Sociedad, RCD Mallorca, Real Betis, Granada CF o Málaga CF, entre otros. La realidad se recrudece incluso si nos alejamos de nuestro país.

Por su carácter cerrado, con plazas ya concedidas con independencia del mérito deportivo, la competición ha sido catalogada por LaLiga y por la práctica totalidad de instituciones futbolísticas como un torneo "elitista".

Además, es calificado como "secesionista" por el deseo de los clubes fundadores de independizarse de la UEFA, de organizar ellos mismos sus torneos pero sin renunciar a jugar las competiciones nacionales que, sin premiar a los mejores clasificados con plaza para competiciones europeas, perderían irremediablemente competitividad.

La Superliga ataca frontalmente al fútbol clásico y destruye el sueño europeo de los clubes que no ocupan el primer escalón. Contribuiría además la Superliga a separar el sentido de pertenencia con un club del fútbol siendo ésta una de las bases fundacionales de un deporte que mueve masas alrededor del mundo.

Se promete a los clubes participantes ingentes cantidades de dinero con las que han conseguido atraer a algunos de los más indecisos. También se augura espectáculo, partidazos cada semana entre los gigantes del fútbol europeo. Conseguir manejar las cantidades de las que se hablan y generarlas no será tan sencillo como presuponen. Y más aún con la oposición del aficionado.

Los jugadores del Granada CF celebran un gol ante el Nápoles (Foto: EFE).
Los jugadores del Granada CF celebran un gol ante el Nápoles (Foto: EFE).

Por otra parte, ¿quién garantiza que absolutamente todos los duelos (por muy importantes que sean los contendientes) vayan a ser atractivos desde el punto de vista deportivo? Uno de los grandes alicientes de los partidazos radica en el hecho de que son citas únicas, que se dan en el calendario no de forma recurrente. Y muchos de esos partidos concita expectación porque se juegan en formato eliminatoria.

Otros deportes como el baloncesto o el ciclismo han tomado un camino similar al que pretenden empezar a andar estos doce clubes. El resultado dista mucho de lo esperado. Las competiciones nacionales han perdido relevancia y las continentales tienen muchas citas prescindibles y carentes de emoción.

¿Qué pasará cuando los clubes que suelen ganar dejen de hacerlo con tanta frecuencia? La Superliga reducirá y casi que destruirá las opciones de muchos de los equipos participantes de tener éxito deportivo, lo cual ha sido precisamente la base de la grandeza conseguida por dichas entidades.

Pedraza, en el Dinamo de Zagreb-Villarreal (Foto: VCF).
Pedraza, en el Dinamo de Zagreb-Villarreal (Foto: VCF).

De forma colateral, esta nueva competición afecta también en España a otros deportes y al fútbol base. Ambos verán reducidas las aportaciones de LaLiga, que se comprometió a aportar 200 millones de euros en los próximos cuatro años a través del Pacto de Viana.

Además, el impacto económico de la Superliga en LaLiga, los clubes que la conforman y en la economía nacional es tremendo. Se estima que el PIB se verá reducido en un 32,1 % y que se perderán 59.878 empleos. LaLiga y los clubes además ingresarán un 43% menos, con pérdidas estimadas de 1.720 millones de euros. Será mayor para los clubes que no formen parte de la Superliga con unas pérdidas de 1.815 millones de euros. Además, se podrán aportar 52 millones de euros menos al CSD y a la RFEF.

Es un clamor: la Superliga genera rechazo por Europa

Desde que se produjera el anuncio de los clubes fundadores de la Superliga, han sido numerosas las reacciones que se han sucedido desde todos los ámbitos. La industria del fútbol tiene una enorme trascendencia en muchos países europeos, tal y como han demostrado las reacciones de distintos gobiernos.

El gobierno español no muestra su apoyo a este torneo por "entender que ha sido pensada y propuesta sin contar con las organizaciones representativas de este deporte, tanto a nivel nacional como internacional". Por su parte, el italiano apuesta por "preservar las competiciones nacionales, los valores de la meritocracia y la función social del deporte". Boris Johnson, primer ministro británico, además incitó "a las autoridades del fútbol a tomar medidas". Macron, presidente de Francia, también se ha pronunciado en contra de este nuevo torneo y ha felicitado la postura tomada por los clubes franceses. 

"Debemos defender un modelo europeo de deporte basado en valores como la diversidad y la inclusión. No se trata de reservarlo para unos pocos clubes ricos y poderosos que quieren romper vínculos", también el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, se ha pronunciado contra la Superliga.

Igualmente desde otros deportes se ha lamentado la pérdida de la "esencia competitiva". Es el caso de Alfonso Reyes, Presidente de la Asociación de Baloncestistas Profesionales.

Condenas enérgicas también han llevado a cabo prácticamente todas las ligas europeas, que además han programado reuniones para tomar medidas de forma rápida auspiciadas por la FIFA y la UEFA. Otros clubes como el Oporto, el Bayern de Múnich, el Borussia Dortmund o el Sevilla, habituales en competiciones europeas han sido claros en su rechazo a la competición.

Rummenigge expresó su rechazo a la Superliga (Foto: EFE).
Rummenigge expresó su rechazo a la Superliga (Foto: EFE).

Milner, Bruno Fernandes o el madridista Kroos, jugadores que militan en clubes implicados en la Superliga, se han manifestado en contra de la misma; de la misma forma, Gary Neville, Jamie Carragher, Luis Figo y otros antiguos jugadores de reconocido prestigio que ya han colgado las botas han mostrado su rechazo a los planes de la Superliga, mientras que futbolistas en activo como Ander Herrera, Mesut Özil, Pepe Reina o Lukas Podolski se han unido en su grito contra la reforma que plantean los doce clubes fundadores de ese proyecto.

A su vez, periodistas como Áxel Torres durante su intervención en Movistar + o Marc Menchén también han alzado la voz. Y lo mismo ha ocurrido con diversos clubes tanto de LaLiga Santander (Real Betis, Sevilla FC, Cádiz CF, Granada CF, Celta de Vigo o Real Sociedad, entre otros), como de LaLiga SmartBank (RCD Espanyol, Real Zaragoza, Málaga CF o Sporting de Gijón, entre otros).

La respuesta ha sido clara. El no a la Superliga ha retumbado por toda Europa.

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