Pese a los mensajes positivos que se lanzaban en las horas previas, la selección italiana ha tenido que rendirse a la realidad: Antonio Candreva no llega a tiempo para el partido contra España y el técnico Antonio Conte deberá activar el plan B.
Conte ha esperado a Candreva porque es fundamental en su esquema, un jugador que cubre toda la banda derecha y es capaz de crear problemas a un lateral tan ofensivo como Jordi Alba.
Sin embargo, pese a que siguió un plan específico para recuperarse a tiempo de la lesión en el aductor que se produjo hace una semana, contra Suecia, no ha superado la prueba decisiva y el técnico tiene que cambiar su idea de juego.
En su lugar entrará en el equipo el milanista Alessandro Florenzi, recordado por los barcelonistas por el gol desde el centro del campo que marcó a Ter Stegen, en septiembre del año pasado en la Liga de Campeones, y las dudas surgen en la izquierda.
La opción que gana más fuerza es situar a Mattia De Sciglio en la izquierda, un defensa, con lo que lo que en realidad se plantea como un sistema con cinco centrocampistas quedaría más cercano de esquema con cinco zagueros.
Su presencia gana enteros frente a Matteo Darmian, un diestro acostumbrado a jugar por la izquierda, que se vio sobrepasado en el primer partido contra Bélgica.
Sería, por último, una sorpresa la alineación de Stephan El Shaarawi, que reforzaría la opción del contragolpe desde la banda izquierda pero debilitaría la defensa.
En cualquier caso, Conte cerró a la prensa el entrenamiento la víspera de partir hacia París, donde su equipo se jugará el lunes su futuro en el torneo.
A la baja de Candreva se le puede unir, casi seguro, la de Federico Bernardeschi, que este sábado tampoco se entrenó, "por precaución" y no ha completado una sesión completa para preservar la rodilla maltrecha desde el partido contra Irlanda.
Italia prevé un partido que se resolverá por detalles, con un marcador exiguo, por lo que también ha ensayado penaltis.
Los dos precedentes previos en esta suerte ante la selección de Vicente del Bosque le fueron adversos. En 2008, en cuartos de final de la Eurocopa de Austria-Suiza, Iker Casillas paró los de Daniele de Rossi y Antonio di Natale. Cinco años, después, en la semifinal de la Copa de las Confederaciones, Leonardo Bonucci lanzó alto el suyo.
A horas de enfrentarse a España, la concentración en Italia es máxima, al punto de que no se ha celebrado ni el cumpleaños del delantero del Juventus Simone Zaza, que cumplió 25. "Quería una tarta, pero le dijimos que no, que si acaso después del partido. Ese espíritu no se pierde si lo ponemos en el campo serán unos grandes octavos de final", desveló su compañero en la selección y el Juventus Andrea Barzagli.