A los portugueses, que aguardan ansiosos la víspera de la final de la Eurocopa ante Francia, no les interesa demasiado haber jugado un fútbol menos vistoso del que son capaces de practicar, les interesa ganar sea como sea, porque de derrotas poéticas está llena su historia.
Tânia Esteves
"Antes jugábamos bonito y teníamos que hacer las maletas perdíamos. Ahora hacemos nuestro fútbol" y estamos en la final, manifestó a EFE José Matoso desde las laberínticas calles del histórico barrio de Alfama.
Matoso, fadista de profesión, sostuvo que la comunión entre selección y portugueses es total: "Somos un equipo, un grupo, desde los telespectadores hasta los médicos, los masajistas. Todo está preparado para que tengamos éxito".
"Serán tres goles de Cristiano Ronaldo e iré a la Praça do Comerço y, después, esperaré hasta la madrugada a que los jugadores lleguen al Marquês de Pombal", agregó.
Los hinchas lusos esperan devolver a Francia lo que les sucedió en la primera final de la Eurocopa que disputaron, en el 2004.
Entonces, perdieron inesperadamente en el Estadio da Luz de Lisboa ante Grecia (0-1).
El historial portugués contra Francia no es positivo. En los tres partidos oficiales, ganaron siempre los galos: en las semifinales del Mundial de 2006 y en las de la Eurocopa del 2000 y de 1984, ambas en la prórroga.
El saldo del equipo de las 'quinas' es también negativo en los amistosos.
En 21 partidos, Portugal acumula cinco victorias -la última en 1975-, un empate y 15 derrotas ante Francia.
Carlos, otro transeúnte de la Alfama -un barrio de origen árabe famoso por sus casas de Fado-, apuesta por la vitoria de la selección portuguesa.
"Si Portugal hace el partido de su vida en este campeonato, puede superar a Francia. Tienen buenos jugadores y tienen jugadores rápidos. Si Portugal hace lo que sabe a hacer con el balón, podemos sorprender a Francia", opinó.
Para Alice, fadista y actriz, una victoria por 1-0 ya era "suficiente", aunque si fuese por 2-0 ya sería "brutal".
Nando, un operario que trabaja en la Alfama, se mostró "plenamente convencido" de que esta vez Portugal ganará, a pesar de no haber brillado en su fútbol.
"Hay quien critique su rendimiento, pero jugando a su manera consiguieron llegar a la final", juzgó.
António, un luso-español radicado en Lisboa, es el más escéptico y cree que Portugal no ganará el campeonato de Europa, ya que no "su fútbol no ha dado garantías".
Aunque las calles no están tan decoradas de banderas portuguesas como en la final del 2004, el ambiente futbolero se ha hecho sentir en la víspera de la final.
Muchos portugueses ya visten la camiseta roja de la selección y en las cafeterías y restaurante es inevitable escuchar un comentario sobre la final.
Los medios de comunicación, sobre todo las televisiones, se han volcado en la cobertura y ofrecen varias horas diarias sobre la Eurocopa.
Los transportes públicos de la capital Lisboa están también implicados en el apoyo al combinado de "las quinas".
El autobús enarbola una bandera de Portugal y el metro muestra en sus paneles mensajes de apoyo a los chicos de Fernando Santos y Cristiano Ronaldo y, en días de partido, informa del resultado en directo.
Tanto en Lisboa como en el resto de las ciudades portuguesas se han instalado pantallas gigantes en los centros urbanos para que miles de hinchas sigan los encuentros del Europeo.