Luís Figo, capitán de la última selección lusa que jugó una final de una Eurocopa, la el 2004, consideró que el historial negativo de los portugueses con Francia, rival de otra final europea este domingo, no pesará, porque en el fútbol no hay "bestias negras".
"Jugué centenas de partidos y en ninguno de ellos enfrenté a la historia, ni tampoco a una 'bestia negra' o algo parecido. El fútbol no se trata de eso", manifestó en un artículo de opinión publicado hoy en la revista lusa Expresso.
El exjugador del Barcelona y el Real Madrid recordó que él mismo se midió a Francia en las semifinales del Europeo del 2000, derrota por 2-1, y en las del Mundial del 2006, revés por 1-0. "Fueron partidos equilibrados e intensos que acabaron por caer del lado de ellos", rememoró.
Junto a estos dos compromisos oficiales, Portugal perdió otro ante los galos, en las semifinales del Europeo de 1984, por 3-2.
En los amistosos tampoco hay un saldo favorable para los portugueses: en 21 partidos Portugal acumula cinco victorias -la última en 1975-, un empate y 15 derrotas ante Francia.
Figo, estandarte de la llamada 'generación de oro' del fútbol luso, junto a Rui Costa, Paulo Sousa y Joao Vieira Pinto, entre otros, se quedó a las puertas de levantar el Europeo del 2004, que organizaba Portugal. Sin embargo, un gol de Angelo Charisteas en el 57 frustró a los portugueses y dio el título europeo a la rocosa Grecia (0-1).
Luís Figo, de 43 años, reconoció que la actual selección de Fernando Santos no le enamoró a primera vista. "Es cierto que la relación de esta selección y el público no fue un amor a primera vista. No vale la pena esconderlo, pero el esfuerzo la seriedad y la calidad y el ejemplo que han dado entrenador y jugadores han acabado por convencer a los portugueses", reconoció.
Para el legendario internacional luso, que elogió ampliamente al seleccionador Fernando Santos, no es tiempo de "discutir conceptos estéticos de complicada definición" y sí de "admirar sin ambages el trabajo de todo el grupo" que forma la selección.
El del domingo 10 de julio, ante la anfitriona Francia, "será uno de los partidos más difíciles de la historia de la selección, pero tengo la confianza de que podemos vencerlo", sentenció.