¡Qué bonito es el fútbol! La de emociones que puede desplegar un partido en 90 minutos o, en el caso del Francia-Suiza, 120 más una tanda de penaltis que ya es historia. No la recordará especialmente Kylian Mbappé, que se vistió de Roberto Baggio en Bucarest, pero sí un Yann Sommer que cita a los suyos con la historia y con España en el partido de cuartos de final de este viernes.
Suiza ya había avisado en una primera mitad en la que fue superior. El gol de Haris Seferovic a los 10 minutos no fue un espejismo y se puede decir que los helvéticos tenían controlado el partido con una demostración de cómo domar a una Francia que partía como la gran favorita a lograr el título en Wembley el 11 de julio.
Ese 0-1 al descanso pudo ser mayor si Ricardo Rodríguez llega a transformar el penalti provocado por Pavard sobre un excepcional Zuber al arrancar la segunda mitad, pero ahí se había puesto ya en marcha el 'modo mago' de Benzema.
Porque la magia no se produce sólo con el balón en los pies, Karim también ejerce de mentalista. Sólo así podría el '19' francés indicar a Lloris por dónde iba a tirar el penalti el lateral zurdo suizo, con un solo precedente entre ambos en los cuartos de final de la Champions de 2016. Benzema no olvida y por ello le indicó al capitán galo por dónde debía lanzarse para atajar su primer penalti con Francia desde 2012.
Y ahí ya estaba desatado 'Monsieur' Benzema. Dos minutos después, le tiró una pared a Mbappé en la frontal del área para terminar definiendo con una 'picadita' delante de Sommer en el área. Un gol cuya celebración fue, la casualidad, otro gol.
🎩 La enésima oda al fútbol de Karim Benzema: así fueron los dos goles del delantero francés que le daban la vuelta al #FRA-#SUI (incluye vídeo) https://t.co/NQRgPqldUX
— ElDesmarque (@eldesmarque) June 28, 2021
El 2-1 llegó apenas un minuto después para completar cuatro minutos de una Francia desatada. Un tanto en el que Karim demostró que ya es un '9' con todas las hechuras que pueda tener el delantero centro de la mejor selección (a priori) del mundo. De cabeza, al segundo palo, esperando el rechace de un Sommer que no pudo hacer nada después de salvar el mano a mano de Griezmann. Sí pudo hacerlo Ricardo Rodríguez, aunque seguía pensando en el penalti y no en cubrir al galo.
Ahí, el partido parecía hecho para los de Deschamps, que comenzaron a desplegar el fútbol que se esperaba de ellos. Francia, una selección con expectativas desmedidas, como la carrera de Paul Pogba. Mucho se le ha criticado al jugador del Manchester United su rendimiento durante los últimos años y la respuesta ha llegado este verano en forma de exhibiciones y un golazo a la escuadra suiza.
Esta historia podría acabar aquí. Un 3-1 para Francia era un resultado suficiente para ese partido contra España este viernes en San Petersburgo pero este lunes 28 de junio no es un día más en la historia de este deporte. Lo de España y Croacia en Copenhague por la tarde tuvo su reflejo en Bucarest unos kilómetros más al sur ya por la noche. Y con resultado distinto a pesar del mismo 3-3 de cara a la prórroga.
Haris Seferovic volvió a imponerse por alto y colocó el 3-2 en el marcador y Mario Gavranovic, tras desperdiciar una ocasión previa por fuera de juego, se sacó un latigazo que significaría el 3-3 justo antes del descuento. Una absoluta locura que pudo aumentar si Coman, en el 94, hubiera lanzado centímetros más abajo un trallazo que acabó en el larguero. Lo que hubiera cambiado todo visto lo visto.
La prórroga fue más de lo mismo que habíamos disfrutado ya durante más de 90 minutos en Bucarest. Un correcalles en el que el poderío físico de ambas selecciones quedaba patente sobre el campo, así como la agilidad de dos porteros clásicos en estos torneos.
De ahí a los penaltis, donde la historia le tenía guardado un hueco a Suiza. Una selección siempre competitiva, que desde 2004 sólo se ha perdido una cita internacional aun sin pasar de octavos de final. Su momento llegó en Rumanía con Sommer de héroe y Mbappé de villano.
El delantero del PSG completó una Eurocopa para olvidar con su fallo en la tanda de penaltis. No lleva coleta noventera, pero muchos le vimos en el quinto lanzamiento francés y nos acordamos de Roberto Baggio. No la mandó alta, como el italiano en Pasadena, pero Sommer sí adivinó su intención y colocó al cuadro alpino en los cuartos de final ante España. ¡Viva el fútbol!