El Barça arrancó el mercado estival poniendo toda la carne en el asador para fichar a Verratti. El italiano siempre fue el principal objetivo para este mercado por parte del Barcelona, pero las intenciones azulgranas chocaron en todo momento contra el muro del PSG.
Verratti estaba como loco por jugar en el club azulgrana, equipo en el que creía que podría dar un gran paso en su carrera al jugar junto a futbolistas de la talla de Messi o Iniesta y así poder luchar por grandes títulos.
Bartomeu tomó las riendas de la negociación con el cuadro parisino en el momento justo en el que el ambiente comenzó a caldearse. El PSG, incluso, llegó a molestarse ante la insistencia del futbolista en dejar el cuadro parisino para recalar en el Barça. Por supuesto, el máximo mandatario del club azulgrana no vio venir en ningún momento una operación que llevaba tiempo fraguándose: el adiós de Neymar.
El PSG ya estuvo muy cerca del jugador brasileño el pasado verano, pero la millonaria renovación que le ofreció el club culé, además de situarle al mismo nivel salarial de Messi tranquilizaron a Neymar y, sobre todo, a su padre.
Los líos judiciales de la familia Neymar, junto con los de la directiva del Barça, entre los que se encuentra Bartomeu, dejaron muy debilitada la relación entre el club y el entorno del jugador, que comenzó a sondear el mercado en busca de ofertas. El PSG, ahora sí, estaba dispuesto a hacer una millonaria inversión en un futbolista que va mucho más allá de los terrenos de juego.
Bartomeu y su junta directiva no se esperaban la jugada maestra del PSG y pilló a pie cambiado al presidente azulgrana, cariacontecido en cada pregunta sobre el futuro del astro brasileño. 'O Rei' deja coja la delantera azulgrana y el giro de rumbo es inevitable. Neymar era el sustituto perfecto de Messi para cuando el '10' ya no estuviera, el futbolista que podría dominar el panorama futbolístico en el próximo lustro, pero no será en el Barça.
Aunque la salida de Neymar no haya dejado como principal culpable a la directiva de Bartomeu, el presidente culé sigue en entredicho y su futuro al frente de la presidencia puede pender de un hilo si la moción de censura de Benedito llega a buen puerto.
La respuesta del máximo responsable de la entidad catalana es clara: fichajes para contentar a una afición enfadada. La salida de Neymar ha disgustado a la parroquia culé, que veía en el crack carioca el líder del futuro. Coutinho, Dembelé e Íñigo Martínez son los hombres con los que Bartomeu espera disipar el enfado del 'caso Neymar'.