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Motta recuerda su difícil inicio en La Masía

Pablo Sánchez

A pocas semanas de su retirada del fútbol, el exjugador del Barcelona Thiago Motta hizo balance de su travesía por el mundo del balompié y de sus inicios en La Masía, algo que recuerda con dureza por su difícil adaptación. "No lo tuve fácil, cada entrenamiento era una guerra", sentenció el brasileño durante una entrevista con el medio italiano La Gazzetta dello Sport.

"Cada entrenamiento era una guerra, cada vez que cogía el balón todos mis compañeros me gritaban a la vez diciéndome: ¡pásamela, pásamela!". Entraban con mucha dureza y Puyol me dijo que hiciera lo mismo. Fue entonces cuando empezaron a respetarme un poco más", recordó el actual centrocampista del PSG, que anunció su retirada para el final de esta temporada, cuando pasará a trabajar con la cantera del cuadro parisino.
Sus inicios en La Masía no fueron fáciles. Con su familia a miles de kilómetros, Motta se comunicaba con ellos por teléfono a diario a través de una cabina de teléfono. "Mientras, Valdés hablaba por teléfono desde la habitación y no me dejaba dormir. No lo tuve fácil", añadió.
Motta también tuvo la suerte de compartir vestuario con Leo Messi, de quien recuerda muchas anécdotas durante esa etapa. "En un entrenamiento le entré muy duro a Leo y vino su padre a abroncarme, me dijo que iba demasiado fuerte, pero la verdad es que era la única forma de pararlo", expresó.
El jugador carioca guarda grandes recuerdos del también exjugador Xavi Hernández, actualmente jugador Al-Sadd. "Como yo, tenía el ADN del fútbol que implantó Cruyff", añadiendo que su salida del club se debió a "los conflictos con Laporta". Su presencia en el Barça coincidió con la llegada al primer equipo de Andrés Iniesta. "Era un fenómeno desde los 14 años, no le tenía miedo a nadie".
 

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