El gran protagonista, aunque estuvo ausente, de la International Champions Cup fue el delantero argentino Lionel Messi, que no viajó con el Barcelona al igual que hicieron el resto de los mundialistas del equipo catalán.
Sin embargo, su nombre fue el más visto en las camisetas de los aficionados con las que llegaron vestidos a los campos donde el FC Barcelona jugó sus tres partidos.
Uno de ellos, el AT&T Stadium, de Arlington (Texas), donde el Barcelona jugó su segundo partido de la gira ante la Roma y que perdió por 2-4, El 90 por ciento de las camisetas que vestían los aficionados tenían en la espalda el nombre de Messi.
Cuya ausencia fue la gran frustración para los aficionados, que habían pagado hasta 150 dólares por entrada para verlo y viajar desde México y todo el estado de Texas.
A pesar de su ausencia, la asistencia al partido superó los 55.000 espectadores, el promedio que se dio durante los 17 partidos del torneo que se jugaron en territorio estadounidense.
Marcelo Vázquez, uno de los Chef de cocina que trabaja en el AT&T Stadium, confirmó a EFE que en la programación inicial que tenían de haber estado Messi con el Barcelona hubiese sido de preparar comidas para más de 80.000 personas.
"La ausencia de Messi hizo que la venta de entradas no fuese tan alta y eso nos obligó a cambiar los planes, pero de cualquier manera es una asistencia considerable el estar cerca de los 60.000 espectadores", destacó Vázquez.
Entre ellos estuvo Juan Alberto Garza, que llegó con sus tres hijos y esposa desde Reynosa (Tamaulipas), noroeste de México, para ver por primera vez al Barcelona y su estrella preferida, Messi, al que promocionó portando una máscara.
"Es una pena que no vengan las grandes estrellas, pero al final ver a los nuevos valores del Barcelona, de su escuela, también cumple mis expectativas", declaró Garza. "Pero no hay nadie como Messi".
Menos resignada se mostró la cubana Yorkenia Depiña, que había llegado desde Houston con su esposo Braulio Ramírez para ver el partido y a las estrellas del Barcelona y al final se encontraron con jugadores completamente desconocidos.
"Nos sentimos un poco engañados y creo que de haber sabido que no viene Messi y las estrellas no hubiésemos pagado tanto dinero ni viajado para ver el partido, de ahí que nos sintamos un poco engañados", declaró a EFE Depiña.
También se manifestó de la misma manera Gumer Hernández, quien llegó al partido con siete miembros de su familia para pagar 1.500 dólares de entradas y al final sin poder ver a ninguna de las estrellas del equipo catalán.
"Veníamos para ver a Messi y nos enteramos que se unió al equipo, pero en Barcelona, no es algo justo por todo lo que hemos pagado", se quejó Hernández. "Entendemos lo de su descanso, pero podían avisar y no engañar a los aficionados".
Esa reivindicación fue la misma que defendió el entrenador del Manchester United, el portugués José Mourinho, quien reconoció que si fuera el público estadounidense "no vendría ni gastaría en estos partidos. Además que se merecen más respeto".
Aunque los organizadores del torneo no han dado a conocer cifras oficiales de asistencia ni recaudación, se calcula que en los 17 partidos disputados, a pesar de las ausencias de las grandes figuras mundiales, hubo una asistencia promedio de 55.000 espectadores y unos ingresos de taquilla cercanos a los 150 millones de dólares.