El Barcelona, a medio gas, sin una exigencia extrema, se lazó como campeón de la Supercopa de España al derrotar al Sevilla en Tánger, en la final. Un título que en realidad le pertenecía por derecho, pues fue el campeón de Liga y Copa, pero que se encargó de confirmar con una remontada ante el equipo de Pablo Machín.
Aguantó primero el envite el Barça, el gol de Sarabia, tiró de pelota y filosofía para hacerse con el partido y empatar y luego siguió acosando al Sevilla hasta que encontró el título en un golazo de Dembelé, que empieza la temporada siendo decisivo. Su trallazo desde la esquina del área desequilibró el partido, que luego se encargó de salvar Ter Stegen en un penalti detenido a Ben Yedder.
El Barça, que a nivel general fue mejor y más ambicioso, alzó la Supercopa, la primera de Messi como gran capitán. Y empieza la temporada como la acabó, levantando título y convirtiéndose en el absoluto dominador del fútbol español.
Si ya llegaba el partido de forma prematura para el Barcelona, con sus cracks casi en boxes por su reciente incorporación, también prematuro fue el gol que recibió del Sevilla, el primero con asistencia del VAR. Se adelantó el conjunto hispalense y obligó al Barcelona a asumir toda la responsabilidad del encuentro, algo que conllevó Busquets con toda normalidad. Empezó a empujar y empujar y arrinconar y arrinconar a un Sevilla que renunciaba sin rubor a la pelota, pero que tuvo un par de contras peligrosas.
Pero más peligro llevó el Barcelona. Messi y Alba ya pudieron marcar antes de que llegara el empate, que llegó en una inteligente falta de Messi, que lanzó al palo de Vaclik, al que engañó. No marcó, pero el rechace sí que le llegó a Piqué, el más listo de la clase, que hizo el tanto del empate al filo del descanso.
La segunda parte fue de una idea asentada del Barcelona. Fue a por el Sevilla con calma, tejiendo jugadas entre la tela de araña de Machín hasta encontrar huecos gracias a Messi, o a Suárez o sobre todo Alba y Dembelé. El galo ya pudo marcar en una asistencia del argentino, pero se reservó lo mejor para su golazo en el tramo final.
El tanto hacía justicia pero aún tuvo tiempo el partido para repartir méritos y encumbrar también a Ter Stegen, que detuvo un discutido penalti de él mismo a Ben Yedder en el minuto 91, que permitió al Barça levantar la Supercopa de forma merecida.