Lo que mal empieza, ¿mal acaba? Así pensarán los críticos que apuntan al fichaje de Malcom por el FC Barcelona como una complicada operación tanto en el verde como fuera de él. El brasileño llegó tras ser 'robado' a última hora a la Roma y abandonó 2018 lesionado y con el mínimo protagonismo para Ernesto Valverde.
Casi recuperado del esguince que le dejó fuera de los planes del técnico en la recta final del año, Malcom quiere aprovechar la llegada del nuevo año para cambiar la dinámica.
Con Dembélé recuperado de sus problemas futbolísticos y extra futbolísticos, la llegada del mes de enero y de la Copa del Rey debería permitir a Malcom recuperar minutos y protagonismo en el Camp Nou.
Por el momento, sus lágrimas lucen más que su juego. El llanto desconsolado en Milan tras anotar el tanto y el provocado en el Camp Nou tras su última lesión han copado más portadas que su verdadero juego.
Rápido, desequilibrante y con buen golpe. Así definían a Malcom los que le conocían de la Ligue 1. Sin embargo, todas esas cualidades quedaron en el papel ante un hombre que no ha acabado de encontrar su sitio en el Barça.
Hasta el momento, sólo 296 minutos sobre el verde: cinco participaciones en LaLiga Santander, dos en Champions y otras dos en Copa del Rey. Mínimas oportunidades para un hombre que, por si fuera poco, ya cuenta con novias para abandonar el club. Desde China e Italia insisten en el interés por recalar a Malcom.
El brasileño quiere triunfar en el Camp Nou y, ante la llegada de eliminatorias coperas y encuentros ligueros en un corto espacio de tiempo, Malcom se agarra al dicho: año nuevo, vida nueva.