Leo Messi, jugador del FC Barcelona, fue uno de los protagonistas -y esta vez no por sus goles- del Clásico de este pasado sábado. El delantero argentino, más allá de su despliegue de fútbol, recibió el gran golpe del Clásico al chocar con Sergio Ramos, sangró tras el incidente y, por si fuera poco, encendió las alarmas en el vestuario culé: mano abductor derecho, gestos de dolor y una sintomático rostro que no gustó nada.
"Lo he visto bien, peleando todo el partido, como de costumbre. Está bien", explicaba sin demasiados detalles Ernesto Valverde durante su comparecencia ante los medios de comunicación.
El argentino, es evidente, no tuvo su mejor noche en el Santiago Bernabéu. Santiago Solari se ha preocupado de anular al '10' en los dos últimos Clásicos y no ha conseguido estar cómodo en ningún momento sobre el césped madridista.
Pero no fue el único impedimento. Al poco de comenzar la segunda mitad, Messi se echó la mano al abductor derecho, lugar que ha condenado al argentino durante las dos últimas temporadas: la alarma se enciende en el Camp Nou.
Según apunta AS, dichos gestos no han pasado desapercibidos en el club azulgrana y el plan -Valverde ha dado dos días de descanso- en la entidad es la de cuidar durante la semana a Leo Messi.
Con la Champions 'en la esquina', en la entidad saben que no pueden perder al argentino de cara a la recta final de la temporada y no sería extraño que el míster Valverde comenzase a rotar... también al argentino.