El meta del FC Barcelona Marc-André ter Stegen no pudo impedir el empate de Roberto Torres desde el punto de penalti en El Sadar. Y eso que el alemán hizo todo lo posible para salvar la victoria culé, incluido un baile para intentar poner nervioso al centrocampista de Osasuna.
Una mano muy protestada por Gerard Piqué fue señalada por Martínez Munuera como pena máxima a favor de los rojillos. Tras las quejas culés, Roberto Torres fue a lanzar desde los 11 metros y, cuando levantó la cabeza, se encontró con los extraños movimientos del meta azulgrana.
Un baile, moviéndose más allá de la línea de gol, que no surtió efecto. Torres anotó su segundo tanto del partido para un 2-2 que no se movería del marcador.