Reproches y respuestas en el Camp Nou: así fue el regreso del fichaje que se le escapó al Barcelona
El japonés Takefusa Kubo regresó este sábado a Barcelona formando parte del primer equipo del Mallorca y convertido en la principal amenaza para el liderato azulgrana en el Camp Nou. El nipón de 18 años cedido por el Real Madrid debutó en un estadio en el que años atrás, y siendo un niño de apenas diez años, colmó todos sus sueños cuando era uno más entre las promesas de La Masía.
El Madrid lo fichó el pasado verano tras superar la oferta económica del FC Barcelona y ahora, cuanto meses después de su llegada a Mallorca, ya destaca por su calidad técnica y capacidad de regate.
Por eso, Take Kubo fue recibido por un ambiente bastante hostil en el Camp Nou. El producto de la cantera azulgrana recibió pitos parte de la afición del Barcelona cada vez que tocaba el balón. Y el jugador respondió una vez que Munuera Montero pitó el final del encuentro ante los micrófonos de Movistar LaLiga. "Esa decisión es del público. Yo tomé mi decisión y ellos están en su derecho de pitarme, creo que no lo merezco, aunque había gente que también aplaudía y eso medio ánimos".
El caño a Leo Messi
Take Kubo fue uno de los más destacados de los hombres de Vicente Moreno sobre el césped del Camp Nou. El nipón fue protagonista de varias jugadas de calidad, dejando algunas en las retinas de más de un aficionado azulgrana, como el caño a Leo Messi.
Ante el Villarreal marcó su primer gol -un obús a la escuadra con su pierna izquierda- como mallorquinista y encadena cuatro partidos como titular en el once del técnico Vicente Moreno. Va a más y eso lo sabe la afición bermellona, que le dispensa tratamiento de crack en Son Moix.
Kubo creó una sociedad insuperable con otro niño prodigio, Ansu Fati, en las categorías inferiores el Barça. Ambos deleitaban a los espectadores que se acercaban a los anexos del Camp Nou con un fútbol que ya dejaba entrever el enorme talento de dos alevines en plena formación.
“Yo le asistía y él marcaba”, ha recordado el nipón, que tuvo que marcharse de Barcelona después de que la FIFA sancionara a la entidad culé por violar el reglamento de los futbolistas menores de edad. Tenía 14 años.
Tras su paso por el fútbol juvenil de su país, Take, como le gusta que le llamen, volvió al fútbol español, pero de la mano del Madrid, que aceptó pagarle los dos millones de euros por temporada que el Barcelona no estaba dispuesto a abonar.
Aterrizó en la isla en agosto convertido en estrella mediática y con un seguimiento total por parte de los medios de comunicación de su país. “En Japón Kubo es una bomba”, explicó uno de los periodistas nipones en el primer entrenamiento de Kubo bajo las órdenes de Moreno.