Antoine Griezmann, delantero del FC Barcelona, se estrenó este miércoles en El Clásico de LaLiga Santander con una pésima actuación. Sin comillas, sin azúcar ni explicación. El francés completó más de 80 minutos de carrera, esfuerzo y nulo resultado.
Con el club azulgrana en un sufrido encuentro en el que, sin lugar a dudas, perdió el balón y el control necesario, Antoine Griezmann se dedicó a correr, defender y, mal ubicado, desgastarse notablemente.
Si en el aspecto defensivo parecía estar desubicado, en ataque ni siquiera apareció. El francés tocó únicamente cuatro balones dentro del área y apenas disparó en una ocasión, chocando su disparo con la espalda de Sergio Ramos.
El FC Barcelona necesitaba acompañante para un Leo Messi sin demasiado acierto y con Luis Suárez más preocupado por la pelea, el empeño y la protesta, Antoine Griezmann se marchó sustituido en el 83' sin pena ni gloria.
Esta actuación no hace más que acrecentar las dudas alrededor de un hombre que no parece adaptarse demasiado a la identidad de Ernesto Valverde.
En su primera gran final, su primer gran examen, Griezmann vivió en el Camp Nou sin pena ni gloria, como si su nombre fuese uno más. Y la ovación, como punto culmen, se la llevó Ansu Fati, el hombre encargado de sustituirle.