El FC Barcelona se midió este sábado al Valencia CF en Mestalla en partido correspondiente a la jornada 21 de LaLiga Santander. El cuadro azulgrana sufrió de lo lindo en feudo valencianista en el segundo partido de Quique Setién, que sigue dejando dudas por sus planteamientos que aseguran la posesión del balón, pero que no está logrando tener la profundidad que desearían los aficionados del club catalán.
Y es que, por más que nos lo quieran inocular como si de una vacuna se tratara, tener la posesión del balón no es sinónimo de jugar bien y, además, tampoco es garantía alguna de resultados.
Salvando las evidentes, y grandes, distancias existentes entre el Barcelona de 2012 y el actual, a quien escribe le recordó lo visto en Mestalla a aquel célebre partido en el que el club azulgrana cayó derrotado en Celtic Park a manos del cuadro escocés en la Champions League dejando al rival con un porcentaje de posesión poco superior al 10%. Una absoluta barbaridad, algo difícilmente explicable, pero una de las circunstancias que hacen del fútbol un deporte tremendamente atractivo.
Se cumplen 5 años del FC Barcelona - Celtic, con un 89% de posesión culé, con 789 pases MÁS que los escoceses, pero perdió en Celtic Park 2-1. pic.twitter.com/WEOS6mi8Wo
— MercaGol (@MercaGol) November 8, 2017
El caso es que aquel equipo que entrenaba Tito Vilanova se mostró durante los 90 minutos dominador y la derrota obedeció más a un accidente que a otras cuestiones. Sirvió aquella derrota como motivo de chanza para aquellos deseosos de atacar al tiki-taka y como demostración, una más, de que tener altos índices de posesión no son garantía de nada.
Este Barça, sin embargo, no domina. Ni en ataque, ni en defensa, y jugadores tiene para ello. Tiene la pelota, la marea y con ello aturde al rival, pero le cuesta golpear, y si finalmente lo hace es por la calidad de los futbolistas que tiene en ataque. Ante el Valencia dejó al rival en menos del 30% de posesión, pero la derrota cosechada, coincidirán la mayoría de los culés con quién escribe, no corresponde a un accidente.
Con una plantilla de menor nivel general no le valió para ver culminado su proyecto en el Betis. En el Barça, con una exigencia mucho mayor, sus comienzos dibujan un futuro difícil.