El episodio familiar que marcó a Luis Suárez: "No lo querría para mis hijos"

Guerrero, combativo o matador son algunos de los adjetivos habituales para describir al delantero del FC Barcelona Luis Suárez. Una personalidad que se labró a base de esfuerzo, trabajo... y un desgraciado episodio familiar que marcó toda su vida.

El uruguayo, en plena recuperación para volver a jugar en LaLiga Santander, se ha caracterizado por ser uno de los jugadores con más entrega y sacrificio de la actualidad, pero no es casualidad. Su vida, los hechos vividos, han condicionado su manera de ver el fútbol.

"Tuve una infancia muy complicada. Nunca tuve la posibilidad de hablar con mi padre, siempre tenía que apañármelas solo", contaba en una entrevista hace algunos años el delantero. Cuarto hijo de un matrimonio marcado por el carácter de su padre Rodolfo, Luis Suárez, su progresión en el fútbol y los aplausos de los presentes chocaban con los problemas con el alcohol de su padre.

"Mi padre era alcohólico. Acudía a los partidos, hablaba, gritaba... nosotros nos sentíamos incómodos, pero es que en casa era lo mismo: discusiones constantes entre mi padre y mi madre. Me tuve que poner de por medio en muchas ocasiones", contaba el delantero en su biografía Luis Suárez, el Pistolero.

Sus padres se separaron y Luis tuvo que mudarse, junto a sus hermanos, a casa de su abuelo. Le tocó trabajar mano a mano con su abuelo para poder seguir asistiendo a los entrenamientos y vio como su fútbol era una salvación para su familia.

Obligado a trabajar para ayudar a su madre, Luis Suárez confiesa que "es una experiencia que me sirvió para valorar las cosas. Mi familia parecía que se rompía, yo iba a casa de mis amigos y veía a sus padres... pero me hizo fuerte". "No tuve a nadie que me guiara, que me enseñara. Es algo que no querría para mis hijos", confiesa durante el documental Matchday.

"Mi padre pensaba que no tenía que trabajar más por ser 'el padre de Luis Suárez', se lo dije claro: '¿Quién juega al fútbol? ¿Vos o yo? Por supuesto que le ayudaré, es mi padre, pero él tiene que poner de su parte. Peleamos, vivimos un capítulo durísimo, pero ahora está mejor", confiesa un Luis Suárez que se asienta en Europa y, ante su recta final en el FC Barcelona, ya imagina nuevos retos.