No habían pasado ni 4 minutos y el FC Barcelona ya ganaba en La Cerámica ante el Villarreal CF. En uno de los primeros ataques del cuadro blaugrana, Jordi Alba llegó a línea de fondo y puso el balón al corazón del área pequeña, donde esperaba Antoine Griezmann. El francés ya se preparaba para rematar de espuela, pero Pau Torres se adelantó y metió el gol en su portería; él no quería.
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