Leo Messi, delantero del FC Barcelona, fue el encargado de dejar la victoria prácticamente cerrada aprovechándose de un penalti provocado, como no podía ser de otra forma, por Ansu Fati.
El argentino, que no estaba completando un encuentro demasiado brillante, agarró la bola en cuanto el árbitro señaló los once metros y no perdonó. Sergio Asenjo estuvo muy cerca de pararla, pero la potencia del disparo lo hizo imposible.
Leo vuelve a sonreír; el Barça empieza a maquinar.