El fichaje de Ousmané Dembélé por el Manchester United puede ser realidad en cuestión de horas. O al menos eso se desprende de las últimas palabras de Ronald Koeman, entrenador del FC Barcelona, que no dudó en dejar en evidencia al galo ante los medios de comunicación tras la victoria de este pasado jueves ante el Celta.
Tras una temporada llena de problemas y lesiones, Dembélé volvió la pasada semana a los terrenos de juego -de manera oficial- y parecía que, ahora sí, estaba dispuesto a brillar en el Camp Nou.
Pero entonces, sin nadie esperarlo, se anunció un acuerdo con el Manchester United para que Dembélé abandonase el conjunto azulgrana por una cantidad cercana a los 50 millones de euros: y desde entonces todo han sido problemas.
Según se informó, el principal problema entre Barça-United era que Dembélé no quería salir y desde el club se ha activado la maquinaria -parece- para forzar su fichaje por el club inglés.
A pesar de que Koeman negó que dejarle sin minutos en Vigo fuese "un mensaje", ya que "si no lo quisiera, no lo convocaría" -también convoca a Riqui Puig, al que ha recomendado que salga cedido-, sí admitió que tiene mucho que mejorar.
En vez de apostar por Ousmané, el holandés decidió que, con uno menos, fuesen Pedri y Trincao los que renovasen las bandas porque "ellos dos, a diferencia de Dembélé, pueden aportar más en defensa que él", explicó.
Con el futbolista dispuesto a rechazar el fichaje por el Manchester United, Koeman mete más presión, lo hace público y le pone en una complicada posición: o se aplica, o se marcha pronto del Camp Nou.