¿Quién echa a Koeman?

A Ronald Koeman, hasta ahora, le salvaba la Champions League. Ya ni eso. El FC Barcelona cosechó este martes otra derrota bochornosa en la máxima competición continental que le relega a un segundo puesto peligroso de cara al sorteo. Hasta ahora, el camino europeo había sido inmaculado, pero la Juventus demostró que este equipo no está para ganar a grandes rivales... y también lo pasa mal con los pequeños.

Probablemente, en condiciones normales ya se habría destituido a Ronald Koeman. Y no por su situación en la Champions, sino por todo lo que está aconteciendo en LaLiga Santander: el Barcelona sólo ha ganado cuatro partidos en diez jornadas y ocupa una novena posición que invita a la preocupación.

Los resultados, además, dejan una evidencia: este Barça no puede con los equipos grandes. Recibió al Real Madrid y perdió, visitó al Atlético de Madrid y perdió, recibió este martes a la Juventus y volvió a caer. La plantilla está cogida con pinzas y las lesiones han hecho daño, pero esta situación también coloca a Ronald Koeman como claro responsable. Y el técnico no consigue reaccionar.

¿Puede el Barcelona destituir a Ronald Koeman?

La cuestión es que la situación, como es evidente, no es normal. Ni un segundo puesto en la Champions y un noveno puesto en LaLiga Santander ha generado la presión suficiente como para destituid al técnico. La sensación en el entorno del club, tanto de los directivos como de los propios aficionados, es que la temporada es de transición. El problema es que este curso de transición acabe siendo incluso más traumático de lo previsto.

Porque el Barcelona, recordemos, está sin presidente. Carles Tusquets tomó las riendas tras la dimisión de Josep Maria Bartomeu pero todavía queda más de un mes para las elecciones. Así las cosas, sólo una situación insostenible podría provocar que la actual directiva en funciones tomara una decisión tajante con el entrenador. Koeman está obligado a enderezar el camino del equipo, tomar decisiones importantes y, sobre todo, encontrarse con unos resultados medianamente decentes. Mientras tanto, habrá que esperar a las urnas.