El Barça tiene que hacer maniobras para evitar entrar en la normativa del 1 a 4, que comenzará a aplicarse a partir de verano. Esto quiere decir que para poder inscribir un millón de euros en concepto de salarios, primero habría que liberar otros cuatro ‘kilos’. Eso sin duda dificultaría mucho a Joan Laporta la labor de traer de vuelta a Leo Messi, así que no quedará de más remedio que intentarlo en enero, o al menos dejar el camino despejado para junio.
Por ello en el Camp Nou ya tienen un plan trazado, una información que revela ‘Don Balón’, y que consiste en echar a tres de los futbolistas que tienen un sueldo más elevado. Ellos son Gerard Piqué, Jordi Alba y Sergio Busquets, que antes eran ídolos y buques insignia, pero que han acabado siendo considerados como villanos por parte de la afición. Y es que no justifican su ficha, y su rendimiento está en tela de juicio, debido a que se encuentran muy por debajo de las expectativas.
Los dos primeros ya han perdido la titularidad y han pasado a ser suplentes habituales, mientras que el centrocampista de 34 años todavía sigue jugándolo todo, pero simplemente porque no hay un recambio natural en la plantilla para que ejerza su rol. Viendo que son prescindibles, Mateu Alemany está haciendo todo lo posible para tratar de darles salida en el mes de enero, pero se ha topado con la negativa de todos y cada uno de ellos.
Ninguno quiere marcharse, y menos a mitad de curso. Así que se han convertido en los principales obstáculos que tiene el conjunto culé para poder cumplir el sueño de Xavi Hernández, y de toda la hinchada, que es ver nuevamente a Messi con la elástica azulgrana. En el Barça necesitarán un milagro para convencerlos, y sin tener que esperar hasta que acabe la campaña, momento en el cual ‘Geri’ y ‘Busi’ pasarán a ser agentes libres.
Sabiendo esto, si finalmente acaban siendo los verdugos que impidan la vuelta de Leo, acabarán yéndose de manera aún más polémica, y por la puerta de atrás.