Para nada es un ‘top secret’ el hecho de que la relación entre Xavi Hernández y la directiva actual no es la más fluida. Aunque siempre se han encargado de afirmar lo contrario, lo cierto es que desde el primer día ya tuvieron diferencias evidentes. Comenzando porque no fue la primera opción que el Barça contempló para relevar a Ronald Koeman, y hubo más nombres sobre la mesa, si bien finalmente optaron por traer de vuelta al ex del Al-Sadd.
Joan Laporta y Mateu Alemany no perdonaron la traición que experimentaron en su momento, cuando el de Terrassa apoyó públicamente la candidatura del gran rival en las elecciones, Víctor Font, aunque al final acabaron limando sus asperezas. Poco después, volvieron a tener diferencias a la hora de planificar las entradas y las salidas, pues por ejemplo, el técnico de 42 años pidió a Ferran Torres, mientras que ellos preferían a Dani Olmo o a otro perfil de atacante.
No quedó aquí la cosa, pues de la misma manera, también hubo disparidad de opiniones con el futuro de Ousmane Dembélé. El presidente y el director deportivo apostaban por castigar a ‘El Mosquito’ dejándolo en la grada, por no querer renovar su contrato, pero Xavi no hizo caso, y le indultó. Fue titular indiscutible, y finalmente acabó prolongando su vínculo. Y ahora, como informa el portal web ‘Culémania’, hay un nuevo foco de conflicto.
Ese es la llegada de un nuevo pivote defensivo que llene el enorme vacío que dejaría Sergio Busquets con su marcha del Camp Nou. No será un tarea sencilla encontrar a un sustituto de garantías, pero Laporta y Alemany están seguros de que Rubén Neves, del Wolverhampton Wanderers, o N’Golo Kanté, del Chelsea, son opciones más que interesantes. Ambos podrían llegar a un precio muy bajo, de hecho el galo aterrizaría gratis, pero el técnico culé no opina lo mismo.
Xavi está obsesionado con Martín Zubimendi, y si el crack de la Real Sociedad no llega, se enfadará mucho.