El defensa uruguayo Ronald Araujo (Rivera 1999) se ha erigido en uno de los líderes del FC Barcelona de Xavi Hernández, el equipo menos goleado de LaLiga Santander, un rol que, según explica en una entrevista con EFE, acepta con naturalidad dentro de un grupo de jugadores que, en su opinión, es una familia.
El charrúa repasa el buen momento por el que pasa tras superar la lesión que le impidió debutar en el Mundial de Qatar, admite que no ganar LaLiga significaría una "tristeza enorme" y ahonda en su personalidad, tanto dentro como fuera del césped.
Recuperado de la avulsión del tendón del aductor largo del muslo derecho que le obligó a pasar por el quirófano el pasado septiembre, Araujo dice estar en un buen momento, en parte, por todo el trabajo que realizó mientras estaba en el dique seco.
"La lesión me sirvió muchísimo, sobre todo para trabajar el tiempo que estuve fuera, analizar mucho, ver los errores. Miré muchos vídeos, físicamente trabajé muchos aspectos que, cuando estás compitiendo, quizá no trabajas. La idea era volver al ritmo del equipo, que es difícil cuando está tres meses fuera", revela.
La lesión no ha frenado su progresión. A sus 23 años, Araujo es un puntal para Xavi Hernández, una de las personas claves que, según el futbolista, explican su buen rendimiento.
"Con la llegada de Xavi aprendí muchísimo más porque él nos devolvió la filosofía Barça, que se había perdido en los últimos años. Yo soy el que más aprendí, pero el equipo cambió y se está viendo en los resultados", reflexiona.
En este sentido, considera que el preparador catalán y su cuerpo técnico son los responsables de que el Barça sea el equipo menos goleado de las grandes ligas europeas.
"Se está viendo el fruto del trabajo. Desde que llegó Xavi, fuimos creciendo. Implementó todas las cosas que él quería. Además, pudimos hacer una buena pretemporada y tanto técnica como tácticamente aprendimos muchísimo a nivel defensivo. Llegaron refuerzos en defensa y eso suma muchísimo", destaca.
A ello se añade la buena química existente entre sus compañeros de zaga. Considera Araujo que entre todos los defensas tienen "una rivalidad sana", independientemente de que en las últimas jornadas él mismo, Jules Koundé, Andreas Christensen y Alejandro Balde gocen de más protagonismo.
Y precisa: "Se está demostrando dentro de la cancha que somos una familia, y estamos todos para dar el máximo".
Con todo, Araujo no rehuye de su papel de líder, una palabra que Xavi ha repetido repetidamente para definirle. "Sí, me considero (un líder) por mi carácter, por cómo soy, me gusta que el equipo esté bien, me gusta saber cómo están mis compañeros, porque quiero que estén todos bien. Dentro de la cancha, hablo todo el tiempo porque es la manera de estar concentrado. Sé que eso ayuda mucho a los compañeros", argumenta.
Entre sus referentes, Araujo menciona al excapitán del Barça Carles Puyol, del que todavía mira vídeos de su etapa como jugador y que califica como una "inspiración" para él.
Y, como la leyenda azulgrana, el uruguayo también disfruta defendiendo: "Por eso cuando hago una acción defensiva la celebro, porque lo vivo así".
Pero la ambición de Araujo es seguir creciendo en el Barça, que todavía no ha podido inscribirle en LaLiga con el contrato que firmó el pasado verano hasta 2026 debido a las dificultades que está teniendo la entidad en cumplir las normas de 'Fair Play Financiero'.
Sin embargo, el defensa de Rivera dice no estar preocupado con este asunto: "Estoy contento, feliz de estar en el Barcelona, siempre lo dije y lo demostré con la renovación. Quería quedarme acá, a pesar de las muchas ofertas que tenía. Estoy tranquilo. El club se encargará de eso".
A corto plazo, Araujo solo piensa en levantar un gran título con el Barça este curso, con la LaLiga como principal objetivo. El conjunto azulgrana es líder con una ventaja de 8 puntos con respecto a su más inmediato perseguidor, el Real Madrid.
"No ganar LaLiga sería una tristeza tremenda, porque el equipo está muy bien, porque ya nos toca a nosotros poder ganarla después de tantos años. Con el equipo que tenemos creo que debemos hacerlo", manifiesta.
Más allá de los terrenos de juego, el internacional charrúa se define como una persona "muy carismática y familiar" que le gusta estar en casa, ya sea viendo partidos de fútbol, compartiendo asados con su familia o cuidando a su hija.
"Miro mucho fútbol, incluso uruguayo, de casi todas las ligas, pero al tener una hija chiquita debo dedicarle tiempo a mi familia", revela.
La religión también tiene un peso importante en su vida -"para mí Dios lo es todo", afirma- y señala que sus padres fueron "la base" para llegar a ser futbolista profesional.
"Mis padres siempre desde chiquito estuvieron motivándome, llevándome a los entrenamientos. Nunca tuve ninguna presión, todo era para hacer deporte, para no andar en la calle con malas influencias. Me lo dieron todo, trabajaban para poder comprarme unos zapatos de fútbol y siempre estuvieron ayudándome", rememora.
Y gracias a sus padres y a su esfuerzo, Araujo se ha convertido en uno de los centrales de presente y de futuro del fútbol mundial, algo que está consiguiendo con la siguiente máxima: "Trabajo cada día para intentar ser el mejor".