Horas después de desvelarse la declaración íntegra de José María Enríquez Negreira, El Mundo ha sacado a la luz algo que el exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) no dijo en la misma: los regalos que le compraba a los árbitros de LaLiga española con el dinero que le pagaba el FC Barcelona, que fueron más de 7,5 millones de euros, durante las etapas de Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu en el club azulgrana.
El citado medio ha sacado a la luz algunas de las facturas de la empresa Dasnil 98, propiedad de Enríquez Negreira, en la que se ven esos gastos para agasajar a los colegiados españoles. Estos iban desde 1.500 tarjetas amarillas y rojas personalizadas, a las monedas con las que se sorteaba el campo en los partidos o portatarjetas. También otros mucho más relevante que no tenían nada que ver para que los trencillas pudieran llevar a cabo su función dentro de un terreno de juego.
Se tratan de jamones por importe de unos 10.000 euros, de entradas para partidos de fútbol, tostadoras, sándwiches, mantas, pantalones, bolígrafos con puntero láser, sacacorchos o artículos para el veraneo como palas de playa, sombrillas o bolsas de enfriar.
Pero hay mucho como la compra de lotería en importantes cantidades, conceptos sin especificar y grandes comilonas en conocidas marisquerías de Madrid y Barcelona en las que pagaba facturas de más de 2.000 euros por comida.
Según El Mundo, el grueso de estos regalos a los árbitros españoles y sus respectivas facturas eran consideradas como no deducibles para el fisco.