Sergi Roberto contradice a Laporta: "El Madrid siempre está ahí"
Sergi Roberto es uno de los pesos pesados del vestuario. El capitán hacía valoraciones de la pretemporada, a la que sacaba buena nota. Ponía en valor la ayuda de los canteranos como Lamine Yamal que en el Gamper fue decisivo y también habló de la eterna competencia con el Real Madrid con el que revalidará el título esta temporada.
Sergi Roberto es más cauto que Laporta
El culé estuvo con ElDesmarque y no quiso quitar valor a su eterno rival y a los refuerzos que ha hecho a pesar que que Joan Laporta dijo hace unos días que tenían mejor plantilla. "Tenemos mejor equipo que el Madrid e, individualmente, también somos mejores con cierta diferencia con nuestros rivales. Como socio y aficionado estoy muy sastisfecho con el equipo que estamos construyendo".
Xavi no cierra la puerta a salidas
El que también habló fue el entrenador y no cerró la puerta a ninguna salida. Ansu es uno de los nombres propios del partido y de la previa por las dudas de su futuro. "Veremos, dependemos mucho del Fair Play, él está entrenando y jugando muy bien, pero hasta el 31 de agosto hay mercado", dijo el entrenador catalán.
Han sido los canteranos como Ansu Fati los auténticos protagonistas del Joan Gamper, que en los últimos minutos han revolucionado el partido y han dado un empujón para llevarse el resultado.
En unos diez últimos minutos de locura, estos cuatro jugadores, acompañados del deseo irredento de Ferran Torres y de la clarividencia de superclase de Gündogan remontaron un partido que parecía perdido ante el conjunto inglés.
En la recta final apareció Lamine para regalar con el exterior el empate a Ferran Torres tras una internada por la derecha y quebrar la cintura de Reguilón con una finta de crack en la jugada del 3-2 que Ansu definió de forma magistral.
Abde, ya en el añadido, hizo el cuarto después de que Fermín, en jugada personal, le asistiera desde la línea de fondo para sellar la victoria en el primer partido del exilio en el Lluís Companys, donde una afición desubicada, que apenas superó la media entrada, pasó de la lánguida resignación al delirio más extremo gracias a la irrupción del baby Barça y su energía contagiosa.