Este verano todo el mundo del fútbol pudo ver un cambio fundamental en Ferran Torres con su nueva mentalidad de "tiburón". Tras una mala temporada pasada, el delantero valenciano ha arrancado está a un mejor nivel y, en una entrevista con Jordi Wild, el jugador del Barcelona ha explicado el proceso que le ha llevado a dar este salto a nivel mental.
Todo comenzó meses después de su fichaje, en la primavera de 2022 en la que dijeron adiós a los títulos: "Teníamos buenos resultados pero llega un fase que era la del Rayo Vallecano y la del Eintracht de Frankfurt que ahí se nos va a la mierda la temporada. Ahí me di cuenta de que mi fichaje llevaba un lastre por el esfuerzo que había hecho el club en el momento en el que lo había hecho. Todas las críticas prácticamente cayeron en mí. Yo tengo claro que la prensa no tiene algo personal con nadie, sino que tiene que caer en alguien".
Una situación que le marcó a Ferran Torres viendo su rendimiento sobre el campo: "Yo en ese momento no estaba preparado para aguantar esa presión mediática, me vino de repente. Al final lo llevé medianamente bien hasta que vi que pasan cinco o seis partidos que no marco, no doy asistencias, no me encuentro... Es como que vas entrando en un bucle hasta que vi que estaba en un pozo sin fondo".
De ahí a una pretemporada en el verano 2022 que no le ayudó a recuperarse: "Ya termino la temporada mal y dije 'bueno, en verano desconectaré y ya está'. Empieza la temporada nueva, llego para la revisión médica y me hago una herida en el pie y me pierdo toda la pretemporada con el primer equipo. Para mí es la etapa más importante de la temporada porque demuestras cómo has llegado físicamente, las ganas... Eso me pasó mucha factura toda la temporada pasada".
Ferran Torres reconoció lo positivo de esa etapa y cómo le sirvió para cambiar de mentalidad: "Ahora digo que es la mejor de mi vida porque lo que he aprendido, he madurado, me he conocido a mí mismo, he sabido gestionar momentos de mucho estrés, bajones... me ha convertido en un Ferran indestructible. Me considero que nadie puede conmigo, que estoy por encima de todos en autoconfianza. Si fallo, lo vuelvo a intentar. El que no falla es el que no lo intenta. A día de hoy me ha hecho darle la vuelta a la tortilla como he hecho esta temporada".
El de Foyos no cree que tuviera depresión pero sí reconoce que el psicólogo, en su caso, fue fundamental: "No lo he hablado nunca. No creo que estuviese cerca de la depresión pero no quería admitir y creerme que estuviera mal y creo que este es el primer punto, saber que tienes un problema. Igual no entrenaba tanto como antes, no echaba las horas y me preparaba tanto fuera del fútbol como dentro. No quería afrontarlo. Para todos estaba bien pero todo el mundo sabía que no estaba bien".
"Lo del psicólogo en mi caso fue solo, rodado. Vi que lo necesitaba. Me di cuenta de que algo pasaba. A lo mejor era algo que yo estaba arrastrando, algo de mi vida personal, de mi infancia... Conocí a mi psicólogo y pensaba que por qué si no tienes problemas pero sabe llevarte a su terreno ni con preguntas, que empieces a hablar. Descubrimos que había perdido la confianza en mí mismo, lo que me había llevado al primer equipo y mi forma de jugar. Lo mejor de todo es que el cuerpo tiene memoria y sabemos lo que has hecho bien y lo reforzamos", confirmó el internacional español.
Tras continuar en la 22/23 sin recuperar su mejor nivel llegó el punto de inflexión con el momento en el que conoció a Ilia Topuria: "Una cosa era la teoría, cuando lo hablé con mi círculo de confianza. Me fui a EEUU de vacaciones y conocí a Ilia Topuria y a su círculo de confianza y cómo le hacían creer que era el mejor, ese apoyo incondicional. Hablar con él y ver esa confianza que tenía... fui a ese viaje siendo un Ferran y volví siendo otro".