Xavi Hernández soltaba la bomba tras la derrota en casa contra el Villarreal. El actual entrenador culé aseguraba que el 30 de junio dejaba el Barça. Una decisión que sorprendía a unos y que no entendían otros.
Hay una corriente que asegura que dejar a un entrenador que ya no cree en el proyecto puede traer más problemas al club, con el ruido del posible sustituto de fondo. Con la Supercopa perdida, eliminados ya de la Copa del Rey, el Barcelona solo sigue vivo en dos competiciones.
LALIGA está muy complicada. A 11 puntos del líder, del Girona, por lo que su disputa está más que complicada. La única lucha que tiene de aquí a que termine la temporada es terminar entre los cuatro primeros para que puedan disputar la Champions al próximo año.
En la competición europea también siguen vivos. El objetivo principal a corto plazo es ganar al Nápoles y al menos poder clasificarse para los cuartos. Conseguir el título es algo impensable, pero al menos sí que pasar de ronda ya que esto supondría un beneficio económico con el que cuentan en sus presupuestos.
Todos estos pequeños logros tienen que conseguirse con Xavi Hernández en el banquillo tras haber anunciado que no quería seguir porque el vestuario necesitaba un cambio de dinámica por lo que mantenerle es un riesgo viendo cómo está la plantilla culé.
Varios jugadores han pedido que no se vaya y han hablado con él, pero el técnico tiene claro que esta decisión es irrevocable como así lo dijo en sala de prensa.
La plantilla quiere hacer piña ante estos duros momentos que están viviendo, ya no solo con resultados, sino por la imagen en general que llevan dando desde hace unos meses.