Lamine Yamal es un objetivo que el Paris Saint-Germain sueña con fichar este verano. Con apenas 16 años se ha convertido en un ídolo en el Barça y en el duelo entre ambos en los cuartos de Champions League sirvió a la directiva parisina para convencerse de que querían que fuese su nueva estrella la próxima temporada ante la marcha de Kylian Mbappé. Sin embargo, el club azulgrana se ha encontrado con un nuevo defensor en una de las vías donde podía tirar de la cuerda Al- Khelaifi y ese era Jorge Mendes.
El representante portugués se encarga de manejar el futuro de la estrella y mantiene una gran relación con ambos clubes, siendo un puente de negociación y quién aprovecha los grandes traspasos para etiquetarse como el agente más popular del plantea. El hecho de que se maneje la cifra de los 200 millones de euros hace replantear a cualquier si verdaderamente se puede rechazar teniendo en cuenta las necesidades económicas del Barça, que ansía por alcanzar la regla del 1:1 tal y como informó Joan Laporta hace unos días.
Este viernes Mendes viajó este viernes a París para reunirse con la directiva del PSG y abordar el futuro de algunos de los jugadores que representa pero, según informa varios medios nacionales, no se contempla hablar de Lamine en las conversaciones y, en caso de que surja el tema, declarar que no está a la venta por ningún precio. El luso pretende hablar del futuro de sus jugadores del conjunto francés como Vitinha, Marco Asensio, Nuno Mendes o Gonçalo Ramos.
Aunque se haya encargado de comunicar que Lamine Yamal no saldrá bajo ningún concepto, lo que sí podría hablarse es los fichajes de estrellas como Rafael Leao o Bernardo Silva, y este último es el que preocupa al Barça.
El club culé sueña con el fichaje del mediocampista portugués pero el PSG ya estuvo cerca de ficharle el verano pasado y este año quiere volver a intentarlo. Aunque su prioridad sería jugar en Montjuic, su cláusula de 58 millones de euros es algo que los galos tienen a sus favor por su fuerza excesiva en los mercados.
De momento se presupone de que la reunión fue un mero formalismo para estrechar lazos para lo que se avecina a partir de final de temporada y las intenciones pasan por lo que también anhela Laporta. Aunque respiren con Lamine, la inquietud por Bernardo Silva es inevitable.