El Valencia y el Barcelona se medirán este sábado en Mestalla en la primera jornada de Liga, un hecho atípico en la historia de ambos clubes, que se han enfrentado en 89 de las 93 temporadas de Primera División, pero que sólo se han visto las caras en la primera jornada en tres ocasiones y la última fue en el debut de Diego Armando Maradona en el conjunto azulgrana. Kempes, la otra estrella argentina del momento, estaba en las filas valencianistas. Hpy volverá a revivir aquel duelo pues ha confirmado su presencia en Mestalla
El último Valencia-Barcelona para abrir la Liga fue el disputado el 4 de septiembre de 1982, un encuentro que abrió el curso posterior al Mundial organizado por España y que supuso el debut oficial del argentino Diego Armando Maradona en el conjunto azulgrana, aunque, a pesar de marcar un gol, el Valencia ganó 2-1.
El encuentro, correspondiente a la primera jornada de la campaña 1982-83, suponía el inicio del fútbol de clubes tras un verano en el que los estadios españoles habían sido escenario del primer y hasta ahora único Mundial organizado por España, y en el que Mestalla fue el hogar de la selección española durante la primera fase de grupos.
Este duelo se ha disputado durante 89 de las 93 temporadas de la Primera División, pero sólo se ha jugado en la primera jornada liguera en tres ocasiones, dos en Mestalla y una en el Camp Nou, en la campaña 1959-60.
Aquel 4 de septiembre de 1982, dos argentinos lideraban a ambos equipos. Por una parte Mario Kempes volvía al Valencia tras su marcha al River Plate, que devolvió al jugador al conjunto valenciano al no poder hacer frente al precio del traspaso realizado un año antes, y por otra Maradona, que participó en su primer encuentro como culé y que anotó el primer tanto a los veinte minutos de juego.
El Valencia que acabaría salvando la categoría de manera rocambolesca en la última jornada liguera, ganando al Real Madrid 1-0 en Mestalla, en un partido en el que de haber ganado el conjunto madrileño habría sido campeón, y dándose en otros estadios los cuatro resultados que necesitaba.
El club que presidía en ese momento el cardiólogo Vicente Tormo debía esperar que Las Palmas perdiera en casa ante el Athletic de Bilbao, que el Racing cayera en Madrid ante el Atlético y que el Celta saliera derrotado de Valladolid. Para terminar de rizar el rizo, era imprescindible que el quinto partido en liza, el Osasuna-Barcelona, finalizara con triunfo de uno de los dos contendientes, el que fuera.