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El cuaderno de Hansi Flick: chutar una y otra vez

Hansi Flick, en su primer entrenamiento con el Barça (FOTO: FC Barcelona).
Periodista y productor en ElDesmarque desde 2014

La llegada de Hansi Flick ha supuesto una revolución silenciosa en el Barcelona. Parece que fuera ayer cuando las tertulias de la Ciudad Condal tenían como tema central el estilo de Cruyff, el juego asociativo y la posesión. Tras el primer mes de partidos oficiales del alemán, no queda nada de eso. El cuaderno de Hansi Flick es chutar una y otra vez. El ex del Bayern y la selección alemana nunca se ha escondido ni ha modificado su estilo. Ha venido con aparente perfil bajo por sus declaraciones pero sólo mira la portería contraria.

Sorprende y mucho que todo un FC Barcelona, 'refundado' hace más de tres décadas por Johan Cruyff, haya buscado la excelencia en su estilo con Xavi Hernández, y haya acabado con un alemán de estilo algo clásico. Desde que llegó Flick lo dejó claro: atletas, fuertes y rápidos. Lejos queda aquella cita de Guardiola tras la final de Copa del Rey contra el Real Madrid, y su alusión con "son futbolistas pero básicamente son atletas". Pues el cuaderno de Flick lo tiene claro. En el fútbol moderno este componente físico marca los partidos. Y chutar. Porque hay que chutar.

La falta de ocasiones de gol, de buen juego y de algún que otro partido para el gusto, quemó por completo la etapa de Xavi más allá del guirigay de quedarse y que lo echen por decir verdades. Flick no habla español ni falta que le hace. De momento es un entrenador que sólo habla en el campo y con resultados. 15 de 15 y 17 goles en 5 partidos. Está a una victoria más de igualar el arranque de Pep y el de Tito, y a poco de Valverde y el Tata Martino. La pregunta es si este Barça es ahora mismo sólo resultados y  si cuando cambie el viento volverá el debate de las posesiones y los poseídos.

Parece que no. Montjuic -ya veremos el Camp Nou- se divierte y mucho. Porque no se juega al estilo hegemónico pero se juega mucho y bien. Y un estilo más vertical y que genera muchas ocasiones no parece tan malo. Y porque, será la casualidad, se chuta mucho. Chutar una y otra vez. Como un martillo hasta romper los palos. En el último partido ante el Girona, tanto Balde como Fort se atrevieron sin pensarlo en disparar en posiciones no muy ventajosas. Lamine Yamal y Lewandowski alucinaban en el banquillo y bromeaban con la expresión 'fumarse un balón'. El tiempo dirá si todo esto es humo o el Barça puede al final competir contra el equipo de Mbappé de igual a igual utilizando además de su propia medicina. Veremos también si el cuaderno de Hansi Flick tiene alguna página para cuando vengan mal dadas.

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