El modo apisonadora del FC Barcelona ha quedado relegado a un segundo plano por la desgraciada noticia sobre la lesión de Ter Stegen. El arranque de temporada del Barça de Flick está al nivel de los mejores que se recuerdan en este siglo. Suena fuerte después de lo que ha llovido. Pero es indudable que este equipo tiene -o tenía- una pinta de pegada y acoso y derribo excepcional. En la marejada de ayer volvieron a ser los tres arietes los protagonistas. Lamine es ahora mismo el mejor jugador del mundo. Lewandowski es el pichichi de LaLiga y disfruta de una segunda juventud, y luego está el otro. Raphinha, soldado y capitán. Porque es el primero en la línea de presión y el líder del espíritu del equipo.
A sus 27 años, Raphinha viste de azulgrana en su tercera temporada. Llegó como un fichaje estrella en un Barcelona de transición. Habitualmente combinaba buenos partidos con otros en los que no aparecía. Vivió ensombrecido por la figura de Dembélé. Decidió luchar por su puesto. Demostró ser más regular y tener más capacidad de trabajo y efectividad que el francés, y la marcha de este le abrió una ventana. De la misma ventana lo echó un avión llamado Lamine Yamal que puede destrozar todos los registros del fútbol moderno con permiso de Messi. Raphinha parecía condenado a no tener sitio y este mismo verano el club valoró su posible marcha. Rapha dijo no. Si algo tiene este futbolista es persistencia. Terminó perdiendo su sitio en la banda derecha y además se incorporaba al club Dani Olmo. Parecía tener un futuro gris.
Cuando Flick llegó en verano, su máxima sobre el físico y verticalidad fue clara. En esa búsqueda de un fútbol más agresivo e inclinado al ataque sin posesiones largas, Raphinha era un arma letal. Su presión alta, carrera constante, trabajo de posición y velocidad de contrataque, sedujeron a Flick. Decidió darle un sitio en su once y a día de hoy nadie lo va a mover de ahí. Raphinha es su primer soldado. Su sacrificio y trabajo le dan galones, y además es desde principio de temporada uno de los capitanes del equipo elegidos por el vestuario.
El vestuario respeta mucho al de Porto Alegre. En esta temporada ha dado un paso adelante en cuanto a liderazgo. Su conexión con los canteranos, con Lamine Yamal, y con la grada, van más allá de sus números. Es el jugador que más representa lo que quiere Flick del equipo. Y si hablamos de Raphinha soldado, hay que hablar también del Raphinha capitán ahora. La lesión de Ter Stegen, la de Araujo y la de De Jong, le dejan como el capitán del Barça a todos los efectos. Apostó fuerte por llegar a ser lo que le toca ser ahora. Precisamente al final del partido en La Cerámica comentó: "Cuando fui creciendo viendo cómo jugaba, y viendo a muchos jugadores que tengo como inspiración, acabé siendo aficionado del club. Vestir esta camiseta y poder mostrar mi trabajo es muy emocionante para mi".
5 goles y 2 asistencias en 6 partidos 🔥 pic.twitter.com/mwYnvG5dp7
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) September 23, 2024
En las dos temporadas hasta ahora de Raphinha en el Barça, los números no han sido malos. De hecho fueron argumento para justificar su rendimiento. En estos dos años metió 10 goles en cada temporada, y en cuanto a asistencias pasó de 12 a 11 en la segunda campaña. Eso sí, en su segundo año jugó 13 partidos menos. Lo de esta temporada va camino de otro nivel. El brasileño lleva 5 goles y 2 asistencias en 7 partidos. A poco que tenga regularidad hará los mejores números de toda su carrera. Raphinha, soldado y capitán. Y de extremo irregular a líder de un equipo donde ahora también es goleador.