El Barça, el rey de la trampa defensiva: 75 fueras de juego y siete goles anulados

No es casualidad de que el Barça se haya convertido en uno de los mejores equipos en mejor estado de forma de toda Europa. Tras una nueva goleada contra el Alavés, el equipo de Hansi Flick se marchó al segundo parón de selecciones de la temporada con la moral por las nubes.

Líderes en Liga y con una última exhibición en Champions, los culés han conseguido un equilibrio en el campo del que muy pocas cosas se pueden discutir. El tridente ofensivo sigue enchufado como desde el primer partido y la defensa volvió a demostrar con otra portería a cero con mucho trabajo detrás que justifica el por qué le cuesta a los rivales hacerles frente.

Aunque no sea el equipo menos goleado del campeonato (nueve frente a los cinco del Atlético), lo cierto es que la zaga se ha acostumbrado a mantener una primera línea tan adelantada que despiste a los rivales que hasta ahora les han hecho frente.

En Mendizorroza les engañaron hasta en once ocasiones dejándoles en fuera de juego, cifra que alcanza mucho mayor valor si lo se hace un conjunto de los once partidos que llevan: hasta 75 'offsides' y 62 de ellos en el campeonato doméstico (once al Alavés, diez al Osasuna; siete a Valencia, Getafe, Girona, Villarreal y Young Boys; seis al Mónaco; cinco Athletic; y cuatro Rayo y Valladolid).

Todo un récord entre las cinco grandes ligas, duplicando al segundo en la lista, el Brighton inglés con 31. Ya por detrás se encontrarían equipos como Fulham (26), Osasuna (25) y Athletic (24).

Goles anulados, otra batalla ganada del Barça

Aunque no siempre los rivales son capaces de meter el balón al fondo de la red, muchas veces que lo ha hecho no han podido celebrarlo. El pasado domingo se vio beneficiado por dos goles anulados en contra, uno por revisión del VAR y otro por el juez de línea.

En total ya han sido siete dianas las que no han subido en contra dentro del marcador: tres al Villarreal, y uno a Mónaco y Young Boys en Champions. Sin duda, un gran aliciente da la facilidad que están teniendo los centrales especialmente a la hora de tirar la línea, aunque también se han visto desajustes que han provocado goles. Un precio que se paga cuando se juega así pero que, de momento, sale muy rentable al Barça de Flick.