Gavi jugó con un vendaje en su mano derecha ante el Barbastro: se lesionó al golpear una pared

El FC Barcelona hizo los deberes en Barbastro y se llevó el pase a los octavos de final de la Copa del Rey con un contundente 0-4 a domicilio. Eric García, Lewandowski por partida doble y Pablo Torre fueron los autores de los tantos culés, pero el equipo en general mostró una gran versión con jugadores menos habituales como Ronald Araújo, Szczesny o Gavi, quien llamó la atención de los espectadores por un pequeño detalle.

El centrocampista sevillano, después de la dura lesión que sufrió la temporada pasada, sigue entrando poco a poco en la dinámica del equipo. Desde el club son sabedores de su importancia y no quieren correr riesgos de que pueda recaer o no terminar de recuperarse correctamente.

Es por ello que desde el 20 de octubre que volvió a jugar, únicamente ha jugado 3 partidos de titular y 11 de suplente, quedándose en la victoria ante el Borussia Dortmund sin jugar.

Ayer, frente al Barbastro, Gavi volvió a quedarse en el banquillo en el inicio del partido. Sin embargo, Hansi Flick no tardó mucho en darle entrada, sustituyendo a Pedri en el descanso. 

El vendaje de Gavi en su mano derecha

Una vez más, el centrocampista destacó en sus grandes características, como la fortaleza física o su sacrificio en las labores defensivas, además de darle mucho sentido a la circulación del balón.

Sin embargo, en detalle que no pasó desapercibido entre los aficionados fue su aparatoso vendaje de la mano derecha. Es cierto que el futbolista se ha entrenado con ese apósito en los últimos días, pero desde el club no se había informado acerca de ninguna dolencia del sevillano.

Según informó la Cadena SER, los servicios médicos del FC Barcelona han confirmado que la lesión del jugador se trata de una fractura en un dedo de su mano derecha, por lo que pudo jugar sin más complicaciones.

Además, tal y como señala Esports, Gavi se habría fracturado él mismo su dedo. Cuentan que en la última sesión de entrenamiento del año, el 31 de diciembre, el centrocampista terminó enfadado consigo mismo por cómo había entrenado, por lo que le propició un puñetazo a la pared cuando entraban al vestuario.