La selección brasileña femenina de fútbol cerró su estancia en España con dos derrotas que agudizan la grave crisis de resultados que atraviesa en su camino hacia el Mundial.
El combinado verde-amarillo encadena nueve derrotas. No gana desde el mes de julio de 2018 cuando, en el marco de la Copa de Naciones, venció a Japón. En los últimos nueve meses, el conjunto que dirige Oswaldo Álvarez 'Vadao' cayó ante Estados Unidos (4-1 y 1-0), Canadá (1-0), Inglaterra (2-1 y 1-0), Francia (3-1), Japón (3-1), España (2-1) y Escocia (1-0).
El saldo, de 18 goles en contra y cinco a favor, resume la facilidad con la que encaja y la dificultad para convertir. Rebaja asimismo sus aspiraciones en la Copa del Mundo de este verano en Francia. La Canarinha está encuadrada en el Grupo C, junto a las selecciones de Jamaica, Australia e Italia, y pretende al menos igualar los octavos de final del pasado Mundial de Canadá 2015.
La actual trayectoria del equipo le impide, por tanto, fijar otros objetivos más allá de esa ronda. Ni Marta ni Formiga sostienen ya a un equipo remozado para dar paso a la nueva generación que comandan Ludmila da Silva y Geyse Ferreira.
El favoritismo se traslada, en consecuencia, a las selecciones de Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Francia o Canadá. Por juego y competitividad, Brasil queda por detrás, en una segunda línea en la que se ubican antes del inicio de la Copa del Mundo los equipos de Australia, Japón, Holanda, Suecia, Noruega y España.
La reelección de Vadao, tras el fugaz periplo de Emily Lima en el banquillo -fue seleccionadora durante 10 meses-, no revitalizó a la Canarinha. Triunfó, como se esperaba, en la pasada Copa América. La escuadra verde-amarilla se proclamó campeona al terminar la competición invicta, con una media de 4.42 tantos por partido.
Aseguró, así, su participación en el Mundial de Francia 2019 y en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero desde entonces tomó un rumbo errático. Las nueve últimas derrotas la sitúan en una situación crítica.