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Una huelga... ¿con efecto llamada?

Lucía Santiago,Madrid, 15 nov (EFE).- Las futbolistas de la Primera División española abrieron hace trece meses una lucha por sus derechos laborales. Confiaban en jugar esta misma temporada al abrigo de un convenio colectivo que respondiese a la profesionalización del sector, pero las jugadoras siguen sin sentirse reconocidas como trabajadoras.,Exigen, por ello, y mediante una huelga indefinida que arrancará este fin de semana, "un salario mínimo, vacaciones, una jornada laboral digna o el derec

Lucía Santiago

Madrid, 15 nov .- Las futbolistas de la Primera División española abrieron hace trece meses una lucha por sus derechos laborales. Confiaban en jugar esta misma temporada al abrigo de un convenio colectivo que respondiese a la profesionalización del sector, pero las jugadoras siguen sin sentirse reconocidas como trabajadoras.

Exigen, por ello, y mediante una huelga indefinida que arrancará este fin de semana, "un salario mínimo, vacaciones, una jornada laboral digna o el derecho a ser madres"; hacer compatible, al fin y al cabo, su vida y su trabajo, según expresaron al unísono Mariasun Quiñones, Jade Boho, Sonia Bermúdez, Ainhoa Tirapu y Silvia Meseguer. Y es que su "basta" recorre la geografía española de norte a sur y de este a oeste; desde los vestuarios más modestos a los más pudientes.

El paro es su respuesta a la falta de acuerdo entre la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino y los tres sindicatos que se sentaron en la mesa, AFE, UGT y Futbolistas On. Reunión a reunión, durante los últimos trece meses, la negociación fue encallándose hasta la inmovilización actual. La parte sindical sí aceptó el salario mínimo ofrecido por la patronal -16.000 euros brutos anuales-, pero puso su línea roja en una parcialidad de al menos un 75 por ciento. Esto es, una jornada de 6 horas al día que garantizaría a cada futbolista unos ingresos de 12.000 euros. La Asociación de Clubes fijó el límite de su oferta en un mínimo de 4 horas diarias, que convierten los 16.000 euros brutos en 8.000.

La mediación de la Dirección General de Trabajo y del Consejo Superior de Deportes, con una propuesta más cercana a las peticiones sindicales, no resolvió el embrollo. Alega la Asociación de Clubes -a la que no pertenecen el Athletic Club, el Barcelona y el Tacón- que no tiene la financiación necesaria para asumir las pretensiones de las futbolistas. Hace no muchas temporadas, muchas jugaban a cambio de nada.

"Nosotras somos conscientes de que hay clubes que no pueden llegar a donde pueden llegar otros por la estructura que tienen detrás. No queremos dinamitar el fútbol femenino, pero tampoco queremos que se enriquezcan a nuestra costa únicamente. Las jugadoras somos las protagonistas y creemos que merecemos mucho más", explicó Ainhoa Tirapu, guardameta del Athletic Club, en declaraciones a EFE.

La navarra reconoció que "hay mil situaciones diversas", pero destacó que luchan por cubrir las condiciones "mínimas" que toda jugadora de Primera División debe tener. "Hemos marcado algunas líneas rojas y hemos rebajado algunas de esas líneas rojas. Aún así, no se ha llegado a un acuerdo. Por eso entendemos que nuestro siguiente paso es la huelga", continuó.

La cotización, la cobertura en caso de baja y la protección en caso de embarazo irrumpen en su discurso como cuestiones prioritarias, por encima incluso del salario.

"Es verdad que hay gente que ha mejorado mucho sus condiciones, pero hay otra gente que no. Hay gente que salarialmente no está tan mal, pero en cuanto a derechos sí porque no es oro todo lo que reluce", aseguró. Una veintena de sentadillas, según criticó, servían en algún club como revisión médica para jugar en Primera División.

Este plante, respaldado en asamblea por una amplia representación de las futbolistas de la categoría, encuentra cobijo asimismo en deportistas de otras disciplinas.

"A mí, ante todo, la huelga me parece la decisión correcta", contó a EFE Laura Stone, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Jugadoras de Fútbol Sala.

"Se han hecho varios intentos por dialogar y por conseguir que se llegue a un acuerdo sin tener que recurrir a acciones como esta, pero llega un momento donde la situación se vuelve insostenible y es necesario poner los puños sobre la mesa si de verdad quieres que te tomen en serio. Por alguna razón, en España, si no tensamos la cuerda hasta el límite no da la impresión de que la situación vaya en serio, y me alegro mucho de que las jugadoras hayan sido capaces no solo aguantar el tirón sino de mantenerse firmes en su posición y demostrar hasta donde son capaces de llegar sino se les empieza a valorar como es debido", recalcó.

Desde la Asociación de Jugadoras de Balonmano, Paloma Zancajo apunta también que la huelga de las futbolistas "es muy necesaria para el deporte femenino". "Se habla de que las 'kellys' cobran 1 euro por habitación. Pues bien, en el deporte femenino la situación es todavía peor, más precaria. Por eso esta huelga del fútbol puede ser una punta de lanza", afirmó la exjugadora de balonmano, algo abrumada por las cifras de asistencia y por las audiencias del fútbol femenino.

"Los clubes tienen que recapacitar. ¿Acaso no son conscientes del valor añadido que les produce a sus clubes el fútbol femenino? Es de cajón. Y si un club no puede acceder a las peticiones de las futbolistas, tendrá que renunciar a estar en Primera División. En balonmano ya se redujo el número de clubes participantes", reflexionó.

A falta de una nueva ley que actualice la situación de la mujer en el entorno deportivo, la Real Federación Española de Balonmano, los clubes de la División de Honor y las jugadoras firmaron, por ejemplo, un acuerdo a tres bandas.

"Los equipos deben tener 6 jugadoras a tiempo parcial, como mínimo, y presentar a la federación las cotizaciones de cada jugadora. Así, nos encontramos con que equipos que compiten a nivel internacional ya cuentan con 10 o 12 jugadoras a tiempo parcial. No hay salarios mínimos, pero los grandes clubes como el Bera Bera o el Rocasa Gran Canaria, sí pueden permitirse buenos salarios. Otros pagan en función de sus limitaciones. Es la solución que permite al balonmano mejorar y avanzar en cuanto a la responsabilidad de los clubes respecto a sus jugadoras, porque el balonmano fue uno de los deportes más afectados por la crisis económica. Por eso las jugadoras de la selección están fuera, en su mayoría. El nivel salarial no es equiparable. Carmen Martín, en Rumanía, cobra tres veces más que en España", señaló Zancajo.

La situación del fútbol no es comparable, por los jugosos presupuestos de algunos clubes y por las estructuras que les acompañan del masculino. Por eso Paloma Zancajo se posiciona del lado de las futbolistas.

"Su lucha es justa, es necesaria y es imprescindible para el futuro del deporte femenino español. Pueden sentar un precedente y van a generar un caldo de cultivo impresionante para el deporte femenino. Puede ser referencia para el resto de los deportes. Por eso me gustaría que los futbolistas quisieran ser parte de esto y decir: 'os damos nuestro apoyo'. ¿Qué valor tendría un 'tuit' de Sergio Ramos diciendo que apoya la huelga de las futbolistas? Esta es una lucha de todos. De ellos y de ellas", cerró Zancajo.

"Los primeros pasos para crecer y para que se sigan profesionalizando otras disciplinas tienen que darlos las jugadoras", coincidió Stone. "Esta huelga creo que ha despertado ese sentimiento de “quererlo” dentro de muchas otras deportistas de otras disciplinas que ahora se plantean si ellas también pueden optar a eso, y la respuesta es sí. Además, creo que el efecto de esta huelga no solo resonará en otras disciplinas sino en las generaciones venideras. Todo esto no es solo para las jugadoras de hoy, es para las de mañana, para que partan de unas mejores condiciones y puedan disfrutar su deporte y ejercerlo como profesión de verdad".

Esta huelga de las futbolistas puede ser, por tanto, el inicio de una reivindicación plural por aquello que tradicionalmente les fue negado a las deportistas.

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