Vilda, las 15 que no están y el silencio: una estrategia al calor de los resultados que no servirá eternamente

No hablar del tema. Esa parece ser la norma que se ha impuesto Jorge Vilda sobre las 15 jugadoras de España que decidieron hace dos meses apartarse temporalmente de la Selección. Una postura que, incluso al ser preguntado por cuestiones puramente futbolísticas, parece mantener a rajatabla. Lo cierto es que desde la crisis de las 15, España ha cuajado una racha espectacular con tres victorias y un empate (ante la poderosa Suecia) y un bagaje goleador de once a uno. La victoria ante Japón, rival de las nuestras en la fase de grupos del próximo Mundial, pone la guinda a una recta final de año sobresaliente. Es verdad que todos los partidos han sido amistosos. Pero también lo es que el equipo es prácticamente nuevo por la mencionada crisis.

Sin embargo, no hablar de ello e imponer silencio al tema no hace que la situación deje de existir. La semana pasada, Joan Laporta, presidente de uno de los clubes de fútbol femenino más importantes del mundo –y en el que militan algunas de las futbolistas que han decidido apartarse temporalmente de la selección– dijo que la entidad azulgrana respalda en todo a sus jugadoras. Una declaración que ahonda más la brecha entre el equipo nacional y el club del que, a priori y por calidad, deberían salir la mayoría de componentes de la selección. Que la situación es anómala es indiscutible. Y que no es sostenible en el tiempo que el mejor equipo de España esté ‘descartado’ para aportar jugadoras, también. Sobre todo a ocho meses del Mundial. El propio Laporta también tendía un puente al decir que la solución a esta crisis vendría desde el diálogo.

Jorge Vilda y el dilema de Alexia Putellas

Otro elemento más de la polémica que aún está por venir es la recuperación de Alexia Putellas, convaleciente de una lesión de ligamento en la rodilla. La recientemente galardonada con el Balón de Oro como mejor jugadora del mundo, apoyó a sus compañeras en su decisión. Así, Putellas se colocaba de forma inequívoca con uno de los dos bandos de la disputa. Si Vilda puede permitirse no contar con ella –ni con el resto de las 15, entre las que se encuentran algunas de las mejores futbolistas del mundo– solo puede decirlo el desempeño del equipo en el Mundial. Pero que la situación es del todo anómala es un hecho. La estrategia del silencio puede darle al seleccionador un tiempo de respiro (al calor de los buenos resultados), pero antes o después esta crisis volverá a estar en primer plano y echar balones fuera no será suficiente.