Los orígenes de Bryan Zaragoza, rechazado dos veces en Málaga: "Tengo un niño que es distinto al resto"

Ya lo habrá escuchado y leído en cada esquina de la actualidad. Bryan Zaragoza. Ese jugador que tardó 17 segundos en marcarle al Barça, también el que puso a bailar a Koundé en el área para anotar un doblete que se guardará siempre en la memoria. Ahora, con el sueño cumplido de ser convocado con la selección española, es el jugador del momento en el fútbol nacional.

¿Quién hay detrás del vendaval de regates y goles llamativos? Hay un chaval malagueño de barrio que también fue rechazado más de una vez en sus inicios.

Bryan, en apenas un año natural, ha pasado de jugar en Segunda RFEF con el filial del Granada a ser determinante en Primera con el equipo nazarí. Eso se llama echar la puerta abajo. Lo quiere hacer también con España. Pero antes de entender esta irrupción meteórica, en ElDesmarque cogemos el Metro de Málaga y nos bajamos en 'Barbarela'. Caminamos hasta el barrio 4 de Diciembre, donde se crio el joven del apellido maño y nombre de origen irlandés.

Las raíces de Bryan

Nacido en 2001, vivía en esta barriada de 1.800 habitantes, entre Carranque -en cuyo pabellón juega sus partidos el Costa del Sol Málaga de la primera división de balonmano femenino- y Cruz de Humilladero, a tiro de piedra de la estación de trenes y autobuses de Málaga. En las pistas de fútbol sala y en las calles del 4 de Diciembre empezó a forjar su técnica hasta que se pasó al césped artificial, primero en el Atlético Juval y luego durante once años en el CD Tiro Pichón, donde le enseñaron los cimientos de lo que es hoy y, paradójicamente, donde acabaron rechazándolo.

Lo cuenta su valedor en la infancia, el tipo que vio en él un talento innato. Miguel Ángel González, entrenador de fútbol base, que lo conocía de la cantera del Tiro y le tendió la mano: "En su segundo año de juvenil ellos ascienden a División de Honor y deciden no contar con él. Le dije que se viniera conmigo, que aquí iba a ser importante. Y se vino". Así, Miguel Ángel lo fichó para el Conejito de Málaga, donde han jugado otros malagueños de la élite como Iván Jaime, Samu Castillejo o Samu García.

Allí juega una temporada, "mete 15 o 20 goles y el doble de asistencias" y se echa el equipo a sus espaldas para acabar como sextos clasificados y confirmar su potencial. Jugó como extremo e incluso de segundo punta, a veces falso nueve o por detrás del delantero. Como curiosidad, comparte vestuario con otro jugador que ha acabado siendo internacional absoluto con España, pero de fútbol sala: Pablo Ramírez (Jimbee Cartagena).

Él lo paso muy mal cuando le dicen que no en el Tiro Pichón. (...) Llamé a Rafael Salguero, responsable de captación del Granada, y le dije: "Tengo un niño que es distinto al resto. Tienes que verlo".

La llamada que le cambió la vida

Terminada la temporada, llega el telefonazo. "Llamé a Rafael Salguero, responsable de captación del Granada, y le digo: "Tengo un niño que es distinto al resto. Tienes que verlo", cuenta. Hizo pruebas con el Valladolid durante una semana, se lo ofrecen al Málaga, al Betis... y al final, el Granada apuesta por él. El año pasado fue el héroe del ascenso a Primera con goles decisivos y renovó hasta 2027 con una cláusula de 14 millones.

En junio de 2019 lo ficha la cantera del Granada. En septiembre de 2020 se marcha cedido al CD El Ejido (Segunda B). Volvió a la ciudad de La Alhambra, se ganó la confianza de Aitor Karanka y debutó con el primer equipo en un partido de Copa del Rey frente al Laguna el 30 de noviembre de 2021. Desde entonces, como la espuma. Ahora, indiscutible para Paco López, titular, máximo goleador del Granada en Primera con cinco tantos y convocado por Luis de la Fuente.

Fútbol callejero y un tipo cercano

A Miguel Ángel no le choca el nivel que está demostrando en LALIGA EASports. "Lo que es capaz de dar no me sorprende. Yo tenía claro que era distinto al resto. ¿Sabes qué es lo que me sorprende? Que nadie lo supiera ver y que el Málaga CF lo dejara escapar". Era la segunda vez que lo rechazaban en su tierra. Rafa Gil estaba por aquel entonces en su recta final como director de cantera y Duda, leyenda malaguista, también estaba en este estamento cuando no quisieron apostar por Bryan.

"Al Málaga le pudieron los prejuicios más que lo que aportaba futbolísticamente", opina el que fue su entrenador. Por su baja estatura (1'64) no terminaba de convencer a algunos equipos. "Él lo paso muy mal cuando le dicen que no en el Tiro Pichón. Le dije que eso no le iba a cerrar puertas. Ahora, lo mejor que le pasó fue que le rechazaran".

Eso fue otro aprendizaje. Ahora tiene una "madurez tremenda" que ha adquirido a gran velocidad en estos cuatro años meteóricos. En la distancia corta, es una persona muy cercana, bromista, cariñoso y muy de los suyos. "Un chaval de barrio", siempre bien apoyado por su familia, cuentan los que le conocen. "Ojalá siga con su cabeza centrada en el fútbol y mentalizado en superarse para llegar a lo más alto", añade.

Un excompañero suyo del Tiro, Jorge Fernández, que al ser mayor que él llegó a ser un referente para Bryan, comparte lo que muchos piensan cuando lo ven haciendo diabluras en LALIGA. Claro que le ha sorprendido. "A mí sí me ha sorprendido. Estaba hace tres temporadas en El Ejido... Es verdad que se le veían cosas. Era muy rápido y ese uno contra uno, con desparpajo, era espectacular. Estaba todo el día en la calle jugando y ese es su fútbol", cuenta a ElDesmarque.

Lo desea su exentrenador, lo desean los que le rodean. También lo desea la afición del Granada. Desde ahora, lo deseará la sociedad española en cuanto se vista con la roja en su debut: "Que la explote y la reviente como lo está haciendo". Es Bryan Zaragoza, el mismo niño bajito que fue dos veces rechazado en juveniles, el jugador de moda en LALIGA que no quiere ser una moda pasajera.