Es Noticia
Levante
2-2
Athletic

Susaeta y San José le ponen dos clavos más al ataúd granota

Javier Mínguez

El Levante UD dejó claro en Granada por qué es el principal candidato al descenso desde hace muchas jornadas pero le faltaba una cosa: certificarlo en el Ciutat de València, hacer pasar un bochorno absoluto a sus aficionados en su propia casa (2-2). Y eso que todo parecía de color de rosa cuando, nada más arrancar la contienda, los de Rubi se adelantaron y en el segundo tiempo establecían en el marcador el 2-0. Con sufrimiento pero con un hilo de esperanza. Mentira. Dos minutos le hicieron falta a los discípulos de Valverde para desmontar ese castillo de naipes y echarlo todo al traste tras sendos desajustes defensivos. Susaeta y San José firmaron el empate para los 'leones', dos clavos más en el ataúd azulgrana. Un punto para los granotas, a ver el celofán con el que lo envuelven.

 
Los cambios en el once y el planteamiento, con un bloque serio en defensa y buscando la velocidad de Cuero y los balones largos a Casadesús, dieron su fruto pronto a los granotas
El inicio del partido estuvo marcado por los cambios significativos que hizo Rubi en el once. Se dejó en el banquillo a Deyverson, Verza, Verdú y David Navarro y metió a Cuero, Casadesús, Camarasa y Feddal, además de a Juanfran y Pedro López en los laterales. Medio equipo nuevo y con jugadores muy señalados en el banquillo. Los equipos salieron a tantearse mútuamente aunque más desde el sopor que desde la posición de dos adversarios que se juegan el pan y la sal. Aunque eso duró poco, al menos por parte del Levante. Los granotas salieron bien posicionados al campo, plantados como un buen bloque e intentando explotar la espalda de la defensa visitante con la velocidad de Cuero y los balones aéreos hacia Casadesús, un experto en esas lides. El Athletic, por su parte, estaba en cuerpo pero no en alma sobre el Ciutat y, aun así, tuvo la primera ocasión: un centro largo de Beñat y una chilena de Raúl García, eso sí, muy forzada y que se marchó a las nubes.
Era el minuto 12 y, uno después, fiel a su plan, el Levante logró lo que pretendía: Lerma colgó un balón hacia la frontal del área y la figura de Casadesús se impuso a la de los centrales. El mallorquín bajó la pelota con el pecho, se giró y amagó para provocar la mala salida de Iraizoz y enviar la pelota al fondo de las mallas. No se había cumplido todavía el cuarto de hora y se adelantó el que más puso sobre el terreno de juego. A partir de ese momento, la primera parte discurrió entre carreras sin horizonte de Mauricio Cuero y balonazos a los de arriba. El Athletic, por su parte, no terminaba de despertar, parecía que la necesidad de la victoria no iba con él, como si la cuarta (Villarreal) y la quinta plaza (la suya) ya estuviesen adjudicadas a falta de cuatro jornadas para el final del campeonato. Así le fue al término de los 90 minutos. Un testarazo de Bóveda tras un saque de esquina fue su única aportación ofensiva para intentar poner las tablas en el luminoso.
Por su parte, el conjunto de Orriols estuvo cerca de ampliar su ventaja antes de que el árbitro señalase el descanso. Fue una acción en la que Rossi se regateó hasta al taquillero y, cuando iba a engatillar, cayó al suelo ante el acoso de un defensor rojiblanco. El esférico lo rebañó Morales, que corrió la misma suerte y cuando, finalmente, la pelota le llegó a Cuero, soltó un latigazo que obtuvo una buena respuesta de Iraizoz. Una ocasión marrada que pudo costarle caro al Levante al poco de iniciarse la segunda mitad, en la que no llegó de milagro el 1-1. Raúl García, en posición de interior, envió el cuero hacia el área, Medjani lo dejó pasar y Viguera, a bocajarró, remató pero Mariño se lanzó como un felino para evitar el empate. Luego, Muniain realizó un ensayo.
Valverde reaccionó metiendo a Susaeta por banda derecha y, reforzado por Williams y Lekue, de ahí nacieron las dos acciones del empate que aceleran la caída del Levante hacia la Segunda
Los de Rubi intentaron espolearse ese conato de reacción de los leones y volvieron a buscar la cabalgada de Cuero. El colombiano estaba activo, aunque sus incursiones en territorio enemigo suelen terminar en un centro que no encuentra rematador o, directamente, en un eslalom sobre sí mismo. Sin embargo, en el 58', logró marcharse de dos defensas pero cuando se plantó ante Gorka le pegó mordida. Pero la internada buena por ese costado cambió de apellido y fue Morales (ya con el colombiano en el banquillo) quien, en el 68', protagonizó al acción del 2-0. Con ayuda del Athletic, eso sí. El madrileño apuró la línea de fondo, centró y Etxeita fue quien se encargaría de batir a su arquero con un tanto en propia portería. Instantes, Pedro López ya había avisado con un zambombazo desde la frontal que Irairoz desvió a saque de esquina.
Con 2-0, el Athletic subió el pistón y todavía le dio para gozar de una ocasión clarísima de recortar distancias pero, este domingo, Mariño estuvo inmenso para hacer vivir una pesadilla a los atacantes rojiblancos. El gallego apareció como una exhalación al primer palo para evitar que un cabezazo de Etxeita llevara el tembleque al Ciutat de València. Pero nada pudo hacer minutos después para detener el cañonazo de Susaete. Williams, desaparecido todo el partido, se marcó una gran jugada para servirle en bandeja el gol al recién ingresado interior del Athletic, que establecía el 2-1 y convirtió un cómodo partido de los de Rubi en la incertidumbre total cuando el tiempo casi tocaba a su fin y sólo quedaba el añadido. Pero la pesadilla sólo había hecho que empezar. El partido ya estaba en el añadido cuando de nuevo William se hacía poseedor de la pelota y la enviaba al corazón del área donde apareció San José para volver a batir al cancerbero granota. Ver para creer, con 2-0 y un Athletic moribundo, el Levante se dejó remontar el partido en el que se jugaba la vida. Patético. Por algo es el peor equipo de Primera.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar